López Viejo elude declarar sobre sus cuentas en Suiza y niega haber cobrado de Correa

Como si se tratara de un boxeador herido en su orgullo, el exviceconsejero de la Comunidad de Madrid Alberto López Viejo se subió este miércoles al ring para enfrentarse a la fiscala anticorrupción Concepción Sabadell en el juicio por la primera época del caso Gürtel. El que fuera mano derecha de la presidenta Esperanza Aguirre, que se enfrenta a 45 años de prisión por su supuesta connivencia para favorecer a las empresas de Francisco Correa a cambio de comisiones (se cifran en 1,1 millones de euros), se fajó en una dura batalla dialéctica con la fiscala. Un debate trufado de excesos verbales e, incluso, de malas formas, que provocaron la intervención del tribunal para pararles los pies.

López Viejo mostró un talante chulesco con Sabadell. Entre otras cosas, le instó a que elevase el volumen de su voz y preguntase con la «máxima precisión» para poder responder adecuadamente. Instantes después hizo un alegato jurídico para no responder por su cuenta abierta en Suiza en el 2002, justo cuando era concejal de Limpieza en Madrid, donde según la acusación recibió una comisión de 682.000 euros por un contrato a la empresa Sufi. «No puedo ni debo contestar nada relacionado con este asunto en la medida en que ustedes saben que no tienen autorización [de Suiza]», aseguró López Viejo. Una afirmación que fue contestada de forma tajante por el presidente de la sala, Ángel Hurtado, quien le recordó que tiene derecho a no responder preguntas si bien las valoraciones jurídicas son cosa del tribunal.

Sobre Correa, aseguró que nunca recibió «ni un solo euro» de él y negó que consultase con Esperanza Aguirre asuntos relacionados con las empresas de Correa.

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