Jarro de agua fría para el secesionismo al renunciar Puigdemont a la reelección

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

MARTA PÉREZ | Efe

Resiste las presiones de su partido y anuncia que el próximo año no será presidente

06 ene 2017 . Actualizado a las 10:21 h.

La nueva sede barcelonesa del PDeCAT recibió ayer carbón por adelantado. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, afirmó de manera clara que el año que viene no será presidente y que, por tanto, mantiene su intención de no liderar las listas de la antigua Convergència en los próximos comicios catalanes. Un jarro de agua fría para los sectores de la formación nacionalista que llevan semanas presionando al jefe del Ejecutivo catalán para que deje de deshojar la margarita y se postule como futuro presidenciable. «Hace un año no sabía que sería presidente, pero puedo asegurar que el año que viene no lo seré», aseguró. Respuesta directa a la dirección de su partido, que quiere empezar a engrasar la maquinaria electoral a un año vista porque no quiere sorpresas, como la que podría dar la CUP si tumba los presupuestos el mes que viene y obliga a Puigdemont a convocar elecciones.

El escenario cogería a los exconvergentes sin líder y en el peor momento de su historia, con las encuestas muy desfavorables y el juicio del caso Palau (empieza en junio) abriendo informativos, de ahí las interpelaciones internas al presidente de la Generalitat, que es a día de hoy el principal activo del PDeCAT, al menos el que tiene mayor presencia mediática. Sin embargo, el presidente catalán, que lleva casi un año en el cargo y al que accedió casi de rebote después de que Artur Mas tuviera que renunciar por las exigencias de la CUP, siempre ha mantenido que se le encargó una tarea de 18 meses, para llevar a Cataluña a las puertas de la independencia. «La legislatura acabará en verano y haremos elecciones constituyentes seis meses después del referendo», previsto para septiembre, dijo en la cadena Ser. «No tengo vocación de ser presidente de la Generalitat, lo he dicho muchas veces; mi encargo es este período y se acaba aquí, y lo que venga después será una etapa nueva que pedirá nuevas herramientas y nuevos liderazgos», remató.

Que Puigdemont no tiene intención de presentarse como cabeza de lista de la formación nacionalista a las próximas elecciones catalanas es casi un secreto a voces, lo novedoso de las declaraciones del presidente de la Generalitat en plena vigilia del día de Reyes fue el contexto, en plena ofensiva de los suyos que le piden que se defina. 

Alternativas

La consejera de la Presidencia, Neus Munté, insistió el martes pasado que el Gobierno catalán no trabaja con un escenario de adelanto electoral. Pero el caso es que no solo la CUP podría precipitar la legislatura. Destacados dirigentes, entre otros el vicepresidente Oriol Junqueras, ya han advertido de que si Carme Forcadell resulta condenada por la causa que tiene abierta por desobediencia al Constitucional, el calendario podría acelerarse. Artur Mas, por su parte, no ha descartado por completo volver a ser el cabeza de cartel de su partido, pero el expresidente se sentará en el banquillo a partir del 6 de febrero y podría ser inhabilitado y en ese caso no podrá postularse. Otros dirigentes de la antigua Convergència que suenan como posibles candidatos son Neus Munté, portavoz de la Generalitat, y Mercè Conesa, alcaldesa de Sant Cugat y presidenta de la Diputación de Barcelona.

Tenga o no intención de liderar el partido en las próximas elecciones, Puigdemont, que ayer recibió al comité ejecutivo del pacto nacional por el referendo, no se puede permitir el lujo de alimentar la rumorología en torno a un eventual frenazo en el proceso, pues necesita mantener un clima de tensión para que no haya divergencias en el frente independentista que conforman el PDeCAT, ERC y la CUP. El presidente de la Generalitat insistió en la hoja de ruta, que pasa por la celebración del referendo en septiembre, declaración de la independencia en caso de que se imponga el sí y elecciones constituyentes como muy tarde seis meses después del plebiscito. Insiste en que con el «el 50 % más uno de los votos» a favor de la secesión la independencia estaría «legitimada», pero, emplazó al Gobierno de Rajoy: «Estamos dispuestos a negociar con el Estado otro quórum», dijo.

Más farolillos tradicionales que independentistas

La cabalgata de ayer de los Reyes Magos en Vich (Barcelona) transcurrió con normalidad. Los verdaderos protagonistas de la fiesta fueron los niños, además de numerosos farolillos multicolores como es tradicional en la localidad. También hubo alguno de los distribuidos por los independentistas, como el que lleva la niña de la imagen, con la estelada, y que fue motivo de una agria polémica, a causa del efecto por la retransmisión por TV3 del acto. Y tras conocerse que la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural -que al final se desmarcó- iniciaron una campaña para animar a la población a recibir a los Reyes Magos con «farolillos de la estelada», lo que generó críticas incluso de algunos independentistas.