Los dos yihadistas de Madrid intentaron comprar varios Kalashnikov y granadas

melchor saiz-pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

FERNANDO VILLAR | EFE

La Policía busca al traficante de armas que se reunió con ellos

31 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los servicios de información de la Policía temen que la célula yihadista desmantelada el pasado miércoles en la periferia de Madrid con la captura de dos de sus componentes «probablemente» sea el grupo terrorista islámico más peligroso desarticulado en España desde los atentados del 11M del 2004.

Lo que debía haber sido una operación contra dos radicales más dedicados a hacer proselitismo en las redes sociales de la guerra santa ha desembocado en una operación contra una «célula operativa» que había jurado lealtad al Estado Islámico y que, además de esconder cinco cargadores de Kalashnikov y 37 cartuchos para ese fusil de asalto, en algún momento reciente tuvo en su poder el AK-47, al que estaba destinada esa munición del calibre 7,62 mm. Los dos detenidos, el español de origen gambiano Edrissa Ceesay Sanuwo y el también español de procedencia marroquí Samir Sennouni Mouh, fueron enviados ayer a prisión por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, acusados de sendos delitos de enaltecimiento del terrorismo y depósito de municiones y armas de guerra. Ambos habían tratado no hace mucho de comprar en el mercado negro muchas más armas. En concreto, según reveló ayer Pedraz, se habían reunido en su refugio, una chabola conocida como La Caseta, en un parque de Valdebernardo, con un traficante de armas, al que ofrecieron 6.000 euros para comprar varios AK-47. Con esa cantidad, afirman los expertos, podrían haberse hecho con, al menos, seis de estos fusiles.

Además, habían pedido a este mismo traficante que les consiguiera armas cortas y granadas. La transacción, sin embargo, no se llegó a cerrar. El traficante se ha convertido ya en una de las personas más buscadas por los servicios antiterroristas.

Los mandos de la Brigada Provincial de Información de Madrid sospechan que durante esa reunión con el vendedor de armas este entregó (quizá como muestra) un Kalashnikov a los dos detenidos.

«Fechas recientes»

Los dos usaron ese fusil para grabarse «en fechas recientes» en diversos vídeos. En las grabaciones, cuyos originales han aparecido en una memoria intervenida y que se realizaron en la vivienda del barrio de Moratalaz que ocupaba Ceesay, este y Sennouni aparecen tras una imagen de la Puerta del Sol de Madrid y bajo la bandera negra del Estado Islámico. Ambos blanden un machete militar y un AK-47, que no han aparecido aún. Solo se encontró la funda del arma junto a los cargadores en La Caseta.

En los vídeos, los dos entonan cánticos yihadistas y lanzan varias consignas en árabe, que estudian los expertos, ya que el audio de las grabaciones es de muy mala calidad. Precisamente, esas grabaciones fueron las que pusieron sobre la pista a los expertos del Ministerio del Interior. Ambos distribuyeron parte de esa material en la red social Instagram. Primero, de forma pública y, luego, solo para sus contactos. Algunas de estas grabaciones también fueron colgadas en Facebook y Youtube.

Los pinchazos y seguimientos a los dos detenidos han revelado, además, que ambos habían realizado también labores de captación y proselitismo en persona. A la Policía le constan varias reuniones en La Caseta en la que el hispano-marroquí y el hispano-gambiano intentaron reclutar acólitos para formar una célula, que, como tal, nunca llegó a formarse, según los servicios antiterroristas. A pesar de que desde el Ministerio del Interior se viene insistiendo desde el miércoles de que no hay indicios de que los dos arrestados prepararan algún atentado concreto, la captura de ambos y el material encontrado en su poder han encendido todas las alertas ya que supone un «importante salto cualitativo».

Primeros detenidos en España con armas de guerra

Hasta ahora, jamás había habido pruebas de que yihadistas residentes en España hubieran tenido en su poder armas de guerra, como aparece en los vídeos hallados en Madrid, que almacenaran munición de fusiles de asalto y que hubieran iniciado los contactos para hacerse con algún Kalashnikov. Se trata, recordaron los agentes, de las mismas armas de guerra usadas por terroristas en sus atentados de París y en los de Bruselas.