El Gobierno fija límites al debate de Cataluña: Constitución y dinero

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

ESPAÑA

ANDREU DALMAU | Efe

Núñez Feijoo reclama «más teléfonos rojos y menos líneas rojas» para dialogar sin hacer «exorcismos con el nacionalismo»

29 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, está dispuesto a dialogar con «mano tendida» sobre todos los asuntos que preocupan «a la sociedad catalana», pero advirtió que el Gobierno de España tiene límites insuperables: el marco constitucional y las «posibilidades financieras». En declaraciones a la prensa recogidas por Efe tras un acto en Barcelona, Catalá insistió en su predisposición a intensificar los contactos con la Generalitat, aunque advirtió que serán de corto recorrido si en la negociación se plantea el referendo «sí o sí», lo que a su juicio se trataría de una «imposición» y una mala base para hablar.

La primera alarma negativa para Madrid saltará si el Parlamento catalán aprueba unos presupuestos que incluyan una partida para celebrar la consulta, lo que obligaría al Gobierno a estudiar la impugnación de las cuentas públicas por entender que el Ejecutivo autonómico está situándose «más allá de sus competencias», cuestión que, aseguró, también haría la Generalitat de Cataluña con un ayuntamiento que se gasta el dinero de los ciudadanos en iniciativas «impropias».

Pero el siguiente reto soberanista es inminente, ya que algunas instituciones catalanas han anunciado que abrirán al público el próximo 6 de diciembre, Día de la Constitución. El ministro de Justicia prefirió calificar de «anécdota» esta circunstancia, aunque le sirvió para recordar que el objetivo de tender puentes entre el Gobierno central y Cataluña es «llegar a acuerdos y no generar conflictos», indicó.

Feijoo receta «más autonomía»

El presidente de la Xunta estuvo también ayer en Barcelona en una conferencia organizada por el Círculo de Economía y fue aún más expresivo en su llamamiento al diálogo. Para Alberto Núñez Feijoo, la relación entre ambas partes solo será fructífera si hay «más teléfonos rojos y menos líneas rojas», con un nacionalismo que abandone «el debate semántico» y una ley, dijo, que no sea un «obstáculo» para la empatía entre las partes, inmersas en una rivalidad «más propia del fútbol».

El jefe del Ejecutivo gallego pidió que Cataluña supere el «tabú» de negociar con el partido con mayor respaldo electoral de España, y a su vez admitió que «hacer exorcismos con el nacionalismo» es un ejercicio «poco saludable» que no aporta salidas. Feijoo sí expuso su receta para el debate, que pasa por recuperar la «España de las autonomías», de manera que estas se dejen de ver en Madrid como algo periférico y que sean «algo nuclear» dentro del Estado. Para ello ve necesario separar el debate identitario, subjetivo, de la reforma de financiación autonómica, que debe regirse por criterios como el coste real de los servicios que prestan las Administraciones o la estructura demográfica.

Núñez Feijoo admitió que «no es fácil» explicar que Cataluña no tenga un concierto económico como el País Vasco o Navarra, cuestión que «se podría discutir», pero reclamó que de una vez por todas se aborde un debate a fondo sobre el reparto de recursos para evitar una «tensión constante» que ha derivado en «suspicacias» y «agravios» históricos. A su entender, profundizar en las competencias autonómicas permitirá ahorrar la exploración de un modelo «que puede ser un callejón sin salida».