Los controladores alertan del colapso del servicio si no se cubren 500 vacantes

Xurxo Melchor
XURXO MELCHOR SANTIAGO / LA VOZ

ESPAÑA

Álvaro Ballesteros

Barcelona y Palma son los aeropuertos peor dotados y el de Santiago, de los mejores

04 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El bum que vive el sector turístico español por el parón que ha provocado la inestabilidad política en destinos competidores como Egipto, Turquía o Túnez ha hecho crecer este año un 10,8 % el tráfico aéreo. Esa mayor demanda, unida a que no se han producido nuevas contrataciones de controladores aéreos en los últimos diez años y al envejecimiento de la plantilla, con una media de edad de 50 años, amenazan con provocar un colapso del servicio. Para evitarlo, apunta el sindicato USCA, sería necesario cubrir las 500 vacantes que estima existen en España.

Los aeropuertos de Barcelona y de Palma de Mallorca son los que arrastran mayores problemas por la escasez de plantilla. Otros destinos turísticos por excelencia, como Málaga, están también en una posición delicada. Santiago, sin embargo, disfruta de una situación más desahogada gracias a que se llevaron a cabo las contrataciones necesarias en la última convocatoria de plazas que hubo, en el 2006. Actualmente hay en Lavacolla 36 controladores aéreos y USCA calcula que en los próximos cinco años solo hará falta cubrir las cinco vacantes que se producirán por jubilaciones. El sindicato, mayoritario en el sector, carece de datos de A Coruña y Vigo debido a que sus torres de control fueron privatizadas y ya no dependen de la empresa estatal Enaire.

La necesidad de paliar la escasez de personal en los centros de control de navegación aérea españoles es la principal conclusión con la que la Unión Sindical de Controladores Aéreos ha cerrado su vigésimo octavo congreso nacional, que se ha celebrado en Santiago. El presidente del colectivo, Pedro Grajera, alerta de que la plantilla «no es sostenible» y pide al nuevo Gobierno del Partido Popular «un enfoque a largo plazo que permita ir incorporando nuevos controladores para garantizar la eficiencia del servicio».

Según Grajera, las «estimaciones más conservadoras hablan de que en los próximos veinte años se doblará el tráfico aéreo, por lo que necesitaríamos de Fomento un plan para incorporar cincuenta controladores al año en los próximos ejercicios». Ese plan implicaría pasar de los aproximadamente 2.200 trabajadores actuales a unos 2.700. De lo contrario, advierten, «el que acabará pagando será el pasajero, que sufrirá demoras».

La crisis del 2010

La situación actual comienza a parecerse peligrosamente a la que en el 2010 provocó una grave crisis cuando, ante la falta de operarios en las torres de control, el Ministerio de Fomento, dirigido en aquel momento por el socialista gallego José Blanco, llegó a cerrar el espacio aéreo en toda España y acusó a los controladores de haber emprendido una «huelga salvaje». Muchos de ellos acabaron implicados en investigaciones en los juzgados que en su mayoría han sido archivadas. De las 22 abiertas en su momento, solo siguen instruyéndose dos, en Madrid y en Baleares. El presidente de USCA cree que ha llegado el momento de «pasar página y abrir una etapa de diálogo que nos permita llegar a acuerdos de futuro, por el bien del servicio», señala.