El portavoz de Podemos en el Senado reconoce que ganó 19.000 euros al vender una vivienda protegida

Ander Azpiroz COLPISA

ESPAÑA

Atlas

Ramón Espinar defiende la legalidad de la operación y apunta a un complot para evitar que se haga con el liderazgo del partido en Madrid

03 nov 2016 . Actualizado a las 13:35 h.

La cúpula de Podemos se ha visto envuelta en un nuevo escándalo, en esta ocasión a cuenta de su portavoz en el Senado. Ramón Espinar, uno de los dirigentes que más peso ha ganado en el partido durante los últimos meses, se vio obligado hoy a dar explicaciones tras conocerse que compró una vivienda protegida y después, sin haberla llegado a ocupar en ningún momento, la vendió con un beneficio de 19.000 euros. Con ese dinero, afirmó, se compró un ordenador portátil y costeó la matrícula de un máster.

Durante una comparecencia en la sede de Podemos convocada de urgencia, Espinar rechazó una y otra vez que adquiriese el inmueble de 60 metros cuadrados con la intención de hacer un negocio. Según explicó, compró la vivienda en el 2007, cuando tenía 21 años, por 146.000 euros y pensando que al terminar sus estudios universitarios encontraría un trabajo que le permitiese hacer frente a la deuda que contrajo con el BBVA. Pero en el 2010, año en que se le entregó el apartamento, apenas contaba con unos ingresos de 480 euros al mes gracias a una beca de la Universidad Complutense con los que no podía costear los 580 euros de hipoteca. A su pesar, según dijo, se vio obligado a vender el piso.

Por norma general, el Gobierno de la Comunidad de Madrid no permite este tipo de operaciones para evitar la especulación, sin embargo en esa ocasión dio luz verde a la transacción al constatar la precaria situación económica del propietario. Una Consejería fue la que fijó el precio del inmueble en 178.000 euros y, por tanto, los 19.000 euros de plusvalía. «Le ha pasado a mucha gente en este país que no ha podido hacerse cargo de la compra de un piso y lo ha tendido que vender», apuntó en su defensa Espinar. «No hay ninguna opción de buscar tres pies al gato», aseguró antes de comentar que renunciar a su casa fue una «circunstancia muy jodida» pese al beneficio económico que obtuvo. Un 85% de esta promoción de viviendas protegidas, levantadas en el municipio madrileño de Alcobendas, se adjudicó por sorteo. El apartamento de Espinar le fue sin embargo adjudicado de forma directa con el único requisito de ser menor de 35 años.

El dirigente de Podemos, muy próximo a Pablo Iglesias y que el pasado fin de semana anunció su candidatura para liderar el partido en la Comunidad de Madrid, hizo frente a la entrada del piso gracias, según detalló, a un préstamo de 60.000 euros de su abuela, su madre y su padre. El progenitor de Espinar, del mismo nombre, es un exdirigente del PSOE, exconsejero autonómico y está imputado en el caso de las 'tarjetas black' por haber gastado 178.000 euros de Caja Madrid entre 2003 y 2010. El senador evitó hacer cualquier valoración a este respecto y se limitó a señalar que en el momento en que recibió el dinero de su padre «no tenía la información que ahora tengo».

Operación en su contra

Para Espinar el hecho de que la noticia haya visto la luz en este momento tiene como objetivo influir en las primarias que le enfrentarán con el sector 'errejonista' en la Comunidad de Madrid. En concreto, apuntó a «los poderes económicos» y a los medios de comunicación. «El que saca esta información (la cadena Ser) no quiere que sea secretario general», valoró Espinar, que insistió en que «si un medio tiene hace semanas una información en el congelador y la prefiere sacar ahora -en pleno proceso de primarias- es muy fácil unir los puntos».

Espinar avanzó que no piensa dimitir de su puesto en la Cámara alta y que se mantendrá en la pugna electoral en las primarias madrileñas. «Creo -dijo- que uno debe de hacer las cosas en las que cree, debe ser coherente con su conciencia y no permitir que bajo ningún concepto que ajenos a los inscritos a Podemos intenten intervenir en las primarias de Podemos». Espinar no tira la toalla, pero su imagen, reconocen en su partido, ha sufrido un duro golpe aún cuando la venta se llevó a cabo bajo con el consentimiento de la Comunidad de Madrid.

Se da la circunstancia de que uno de los campos de batalla de Espinar a lo largo de los últimos meses ha sido la lucha contra la especulación urbanística. De su boca ha salido cuando era diputado autonómico de Madrid que es necesario «pasar de concebir vivienda como inversión-pelotazo a pensarla como derecho» o que «el objetivo final de la promoción de vivienda pública no es venderla».