El líder socialista se la juega; el presidente se conforma con salvar los muebles

E. C. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Miguel Toña | EFE

Los sondeos dan como claro vencedor al PNV, pero necesitaría al PSE o al PP para superar en escaños a la hipotética suma de Bildu y Podemos

21 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las elecciones vascas son, junto con las gallegas, un test muy importante, que incluso puede ser decisivo, para el futuro de Pedro Sánchez. Las perspectivas que dibujan todas las encuestas son pésimas en el País Vasco, ya que prevén un desplome que haría perder a los socialistas la mitad de sus 16 escaños. En Ferraz están convencidos de que no llegará a tanto. Confían en que el PSE logre entre 11 y 12 escaños, que sería el mínimo para salvar la cara ante la irrupción de Podemos, que no estaba en el Parlamento de Vitoria. En todo caso, los sondeos le otorgan la cuarta plaza, por delante del PP, a pesar de que Rajoy envió como cabeza de cartel a un político de peso, el exministro Alfonso Alonso, muy próximo a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría

Susana Díaz, a la espera

El líder del PP se agarrará a la previsible victoria por mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijoo en Galicia, lo que sería un éxito histórico, si los resultados en el País Vasco no son buenos. Se conformaría con salvar los muebles en una plaza que sabe que no le es favorable.

Susana Díaz y los barones críticos están a la espera del más que probable desastre electoral para pasar factura al secretario general, a quien endosarán la responsabilidad. Ya se lo ha advertido de forma indirecta el secretario de organización de los socialistas andaluces y hombre de la máxima confianza de la presidenta, Juan Cornejo. En la dirección socialista ha sentado muy mal que Díaz y algunos barones como el extremeño Guillermo Fernández Vara, el aragonés Javier Lambán o el castellano-manchego Emiliano García-Page, hayan avivado la guerra contra Sánchez en plena campaña electoral. 

Mendia se queja

La candidata en el País Vasco, Idoia Mendia, muy afín al secretario general, se ha quejado públicamente de lo que considera interferencias injustificadas. La división interna siempre se paga en las urnas. Los puentes entre Sánchez y los barones están prácticamente rotos. Fernández Vara y, ayer mismo, Lambán dejaron caer que hace tiempo que no hablan con el líder socialista. Este desoye las advertencias de Díaz para que no intente gobernar con solo 85 escaños, el peor resultado electoral de la historia del PSOE.

Las elecciones vascas, por tanto, pueden ser fundamentales para la suerte de Sánchez e incluso para desbloquear la formación de Gobierno. El PNV, al que los sondeos dan como claro vencedor, necesitaría al PSE o al PP para superar en escaños a la hipotética suma de Bildu y Podemos, lo que lleva a especular sobre un cambio de cromos Vitoria-Madrid.