Un nuevo protocolo policial insta a las maltratadas a aprender defensa personal

Manuel Costoya
M. C. Cereijo REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Mujeres maltratadas
La Voz

El SUP denuncia la «falta de recursos» para aplicar las nuevas medidas de vigilancia

18 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un total de 52.123 mujeres maltratadas se encuentran en situación de riesgo en España, de las que 147 están en un nivel alto de peligro para su vida. Son cifras oficiales, a 30 de junio, recogidas por un sistema de seguimiento integral conocido como VioGén, que tiene como objetivo evaluar el riesgo de las víctimas de violencia machista y darles el seguimiento y protección adecuados.

A todas estas mujeres va dirigido el nuevo protocolo que acaba de remitir la Secretaría de Estado de Seguridad a las fuerzas de seguridad, con indicaciones para la valoración del nivel de riesgo de los casos censados y la gestión de la seguridad de las víctimas. En este protocolo se recogen, además, consejos de utilidad para las maltratadas, como que hagan cursos de defensa personal o buscar la complicidad de los vecinos, y se establecen varios niveles que conllevan medidas policiales.

En el primero, denominado no apreciado, la policía recomienda portar siempre un teléfono móvil y una lista con los teléfonos de emergencia. En el nivel de riesgo bajo, se les pedirá además que instalen la aplicación del Ministerio del Interior AlertCops, y que realicen cursos de defensa personal.

Cuando se trata de un riesgo evaluado como medio se les aconseja cambiar las cerraduras de las puertas, dejar las llaves puestas por dentro; avisar a los vecinos de más confianza y acordar con ellos señales en caso de que aparezca el agresor, como hacer sonar el teléfono dos veces, cerrar la cortina o dejar una luz encendida. Además, se deberá cambiar el número de teléfono, utilizar un seudónimo en redes sociales, y en el caso de tener hijos, informar al colegio de la situación, sin olvidar mostrar una foto del agresor en el trabajo.

En los casos de riesgo alto, los consejos son más drásticos. El primero, cambiar de domicilio. Además, no utilizar las mismas rutas para ir y volver del trabajo, tener una vía de escape y preparada una bolsa de emergencia con los documentos de identidad, las llaves, libretas bancarias, medicamentos y prendas de vestir.

Si el riesgo es extremo, la protocolo detalla que se debe establecer protección permanente en el entorno de la víctima. 

Críticas sindicales

El Sindicato Unificado de la Policía (SUP), mayoritario en el cuerpo, reconoció a Efe que el protocolo se encuentra en «una línea de mejora y perfeccionamiento» del sistema de valoración, el conocido como VioGén. No critican, por tanto, las novedades introducidas, pero sí la aplicación de la instrucción. Para el PSOE, el programa llega con retraso.

El SUP recuerda que la valoración del riesgo de la víctima recae principalmente en los agentes destinados en las Unidades Familia y Mujer (UFAM), policías «con mayor o menor formación en materia de violencia de género». Además, existen «graves carencias», ya que en horario nocturno, en festivos o en fines de semana las víctimas no son atendidas desde la UFAM y son derivadas a las oficinas de atención al ciudadano, atendidas por personal no especializado.

El sindicato también denuncia que el nivel de trabajo del personal asignado «quintuplica el recomendado» y cuestiona las evaluaciones de seguimiento del sistema, «una fría herramienta informática» que asigna los niveles de riesgo en función de la respuesta a una batería de preguntas que debe de cumplimentar el agente de turno según las respuestas de la víctima, testigos u otros. El SUP propone la creación de equipos multidisciplinares para paliar estas carencias.

Desde esconderse del agresor hasta hacer señales a los vecinos

En el nuevo protocolo policial también se enumeran algunas medidas personalizadas para los menores que son víctimas de la violencia machista. Se recomienda enseñarles a salir de la habitación cuando se produzca un acto violento; a esconderse en una habitación segura en casa con cerradura y teléfono o en un lugar seguro fuera del domicilio. También a que aprendan a llamar a la policía y dejar descolgado el teléfono o a hacer señales a los vecinos de confianza. Además, se especifica que estas guías de actuación deberán ser practicadas hasta que los niños las realicen «con destreza».