La Generalitat rechaza negociar con la CUP la cuestión de confianza de Puigdemont

Manuel Costoya
M. C. Cereijo REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Oriol Junqueras, conseller de Economía, y Carles Puigdemont, president de la Generalitat
Oriol Junqueras, conseller de Economía, y Carles Puigdemont, president de la Generalitat Andreu Dalmau | EFE

El Ejecutivo catalán exige a los antisistema que retiren su veto a los presupuestos

11 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente de la Generalitat y su Gobierno siguen con su particular tira y afloja con la CUP. De fondo, los presupuestos y la cuestión de confianza a la que deberá someterse Carles Puigdemont el próximo mes de septiembre, en las que el apoyo del partido antisistema será clave para mantener el Ejecutivo catalán.

La CUP fue la encargada de abrir el último capítulo del culebrón por la estabilidad y la independencia que mantiene con la Generalitat, al rechazar el pasado martes reunirse para empezar a negociar la propuesta de presupuestos para el 2017 si antes no se celebra una cumbre para redefinir la hoja de ruta que ha de hacer posible la «ruptura democrática» con el Estado. La respuesta llegó ayer de la mano de la consejera de la Presidencia, Neus Munté, que advirtió a los responsables de la CUP que no piensan «negociar» con ellos el apoyo a Puigdemont. «La confianza no se negocia, la confianza se tiene o no se tiene. Se negocian unos presupuestos, unas leyes, los debates de investidura, pero la confianza no». Munté quiso dejar claro que no le parecía de recibo que la CUP «marque el ritmo o condicione una cuestión de confianza» convocada por Puigdemont después de que los anticapitalistas no hayan «respetado los acuerdos» firmados al inicio de la legislatura para dar estabilidad al Ejecutivo.

La CUP pretende poner en el calendario un referendo unilateral o concretar los detalles del proceso constituyente de un Estado independiente. Pero Puigdemont no quiere prisas. Pretende marcar los tiempos, pero evitando que pase como en junio, cuando la CUP unió sus votos a los de la oposición en el Parlamento para tumbar el proyecto presupuestario. Por ello, Munté buscó intencionadamente aparentar contundencia con la CUP, pero sin cerrar puertas. Anunció un aplazamiento «hasta la última semana de agosto o el principio de septiembre» de la reunión en la que se pretendería explorar un acuerdo con los antisistema ante la cuestión de confianza a la que se someterá Puigdemont el 28 de septiembre. Pero a pesar de cargar las tintas contra la CUP, mostró la disposición del Ejecutivo a debatir sobre si hay que incluir en la hoja de ruta soberanista un referendo unilateral de independencia, como pretende la CUP, aunque solo si cuenta con un «apoyo muy amplio».

La consejera de Presidencia pone como condición negociar los presupuestos para considerar la hoja de ruta de los antisistema. «Con prórroga, muchos de estos objetivos quedan muy tocados», señaló en una entrevista radiofónica.