Puigdemont da un año al Estado para pactar la consulta

R. G. MADRID / COLPISA

ESPAÑA

ATIENZA | EFE

El presidente catalán se mostró más partidario del entendimiento, pero subrayó que si el arreglo no es posible, el soberanismo no va a quedarse «de brazos cruzados»

28 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gobierno que salga de las elecciones del 26 de junio tiene dos opciones con respecto a Cataluña, según advirtió ayer Carles Puigdemont. O alcanza «un acuerdo» con la Generalitat sobre la consulta soberanista o tendrá que hacer frente a la declaración unilateral de independencia de Cataluña. El presidente catalán se mostró más partidario del entendimiento, pero subrayó que si el arreglo no es posible, el soberanismo no va a quedarse «de brazos cruzados» y avanzará hacia la secesión. «La paciencia de los catalanes -sentenció- no es infinita».

Puigdemont desplegó una intensa actividad en su visita a Madrid y dejó recados en todos los foros que pisó. En un desayuno informativo, reclamó el pacto que evite la consumación unilateral de la separación de Cataluña. En una conferencia en la fundación Ortega y Gasset, insistió en que Madrid y Barcelona tienen que acordar los términos de la consulta de autodeterminación. Prefiere antes un arreglo que un pleito.

El principal problema que ve el presidente de la Generalitat para llegar a un acuerdo es que «el Estado no está preocupado» por la secesión de Cataluña porque considera que ese paso no se va a dar. Una creencia, subrayó, que es errónea porque el Parlamento catalán tiene una hoja de ruta pactada en enero y avalada «por millones de votos», en la que se fijó un plazo de 18 meses para alcanzar la independencia y no se va a mover de ahí. De momento, ya ha transcurrido casi una tercera parte y queda un año para venza.

Pactar, insistió el presidente catalán, «no es una señal de debilidad, no es un acto de cobardía, engrandece y fortalece». Pero ese espíritu no lo encuentra en el actual Gobierno en funciones de Mariano Rajoy y se mostró escéptico sobre las posibilidades de que lo vaya a haber tras las elecciones del 26 de junio. Pero al mismo tiempo vino a reconocer que se hacía unas ilusiones inalcanzables porque no hay líderes políticos en España con «coraje» para encarar ese proceso negociador.

El desayuno informativo se vio interrumpido por una militante de Vox, que al grito de «sin ley no hay democracia» se acercó a la mesa del gobernante catalán para entregarle unas esposas y un Código Penal. También a la salida del hotel donde se celebró el coloquio media docena de miembros de Vox lo abuchearon.