El Congreso convoca un pleno de control al Gobierno al que no irán ni Rajoy ni sus ministros

alfonso torices MADRID / COLPISA

ESPAÑA

BENITO ORDOÑEZ

Todos los partidos, salvo el PP, tienen previsto hacer preguntas

13 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Congreso decidió este martes llevar al límite el pulso que mantiene con el Gobierno por la negativa de sus miembros a someterse al control de la Cámara por encontrarse en funciones. La Junta de Portavoces acordó someter el próximo 20 de abril al Ejecutivo al primer pleno de control de la legislatura. El acuerdo, impulsado por todo los grupos salvo el PP, se produce solo una semana después de que el Congreso diese a Mariano Rajoy y su gabinete un ultimátum de un mes para rectificar su negativa a comparecer en el hemiciclo si no quiere que lleve el conflicto institucional hasta el Tribunal Constitucional.

El 20 de abril los diputados podrán realizar a los miembros del Consejo de Ministros 26 preguntas, ocho por parte del PP; seis, por el PSOE; cinco, por Podemos; tres, por Ciudadanos; y una, PNV, Convergencia, ERC y el Mixto. Lo previsible es que los populares renuncien a las suyas.

Comunicación oficial

Rajoy y sus ministros tienen previsto enviar al Congreso escritos en los que comunican que no acudirán al llamamiento oficial del Legislativo como ya hicieron desde febrero varios ministros -José Manuel Soria será este miércoles el cuarto-, que dejaron la silla para su comparecencia vacía en las comisiones parlamentarias. El Parlamento vivirá en una semana un situación inédita, la imagen más clara del grave conflicto institucional que enfrenta a ambos poderes del Estado, pues, por el momento, no está previsto desconvocar el pleno venga o no el Gobierno y, en ese caso, los diputados harán sus preguntas vayan a ser contestadas o no. Los partidos quieren que haya control haga lo que haga el Ejecutivo, pero deberán ratificarlo una vez sea oficial el plantón gubernamental.

Será la constatación de un enfrentamiento que tendrán que dilucidar los tribunales a través del conflicto de atribuciones ante el Constitucional que planteará en breve el Congreso, con el que demanda a la corte de garantías que declare que el Ejecutivo está violando lo dispuesto en la Carta Magna y las leyes y pide que le obligue a someterse al control del Parlamento. El pleno de control al Ejecutivo se celebrará en un momento de abierta precampaña electoral motivada por la incapacidad de los partidos para pactar un nuevo Gobierno, que apunta a la repetición de las elecciones generales.

Los grupos califican de chapuza la ley de emergencia social

La mayoría de los grupos en el Congreso, tanto de izquierdas como de derechas, se unieron este martes en las críticas a Podemos y a su proyecto estrella, la denominada ley 25 de emergencia social. Y no tanto por su contenido, sino por la falta de definición, plazos y financiación del proyecto presentado por el grupo de Pablo Iglesias.

Las críticas las compartieron grupos tan dispares ideológicamente como ERC, Ciudadanos, PSOE y PP que calificaron de chapuza el texto presentado por Podemos, que aborda cuestiones sustanciales de su discurso social como la paralización de los desahucios, la lucha contra la pobreza energética o el fin de los copagos farmacéuticos. A pesar de ello, solo el PP votó en contra de la admisión a trámite de ley, mientras que Ciudadanos, PNV y Democràcia i Llibertat (la antigua Convèrgencia), se abstuvieron.

En cambio PSOE, Compromís, ERC, IU, EH Bildu y Nueva Canarias, además de Podemos sí se mostraron favorables a que la ley continuase son su recorrido político. Pero esta unión no estuvo exenta de reproches, sobre todo entre los portavoces socialista y de la formación de Pablo Iglesias, a cuenta de la formación de Gobierno. Podemos trasladó esta aritmética a una hipotética sesión de investidura de la que Pedro Sánchez saldría como jefe de un Gobierno de coalición. La fórmula de Iglesias sí suma, pero obvia que ni los socialistas están dispuestos a apoyarse en los votos de las formaciones independentistas catalanas, ni estas darán su apoyo a Sánchez sin un referendo de autodeterminación a cambio.

Desde la tribuna, la socialista Isabel Rodríguez recriminó al partido de Pablo Iglesias que «no se entiende» que proponga una legislación social, que los socialistas apoyan y, al mismo tiempo, no sean conscientes de que la medida estrella de su programa se quedará en nada sino hay un gobierno alternativo al de Mariano Rajoy y el PP.