La oposición acusa a Rajoy de incumplir el mandato del Parlamento con los refugiados de evitar expulsiones colectivas

ander azpiroz MADRID / COLPISA

ESPAÑA

BENITO ORDOÑEZ

El presidente en funciones defiende su labor ante la UE y critica a «los aprendices de mesías»

07 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Mariano Rajoy se llevó ayer el reproche unánime de la Cámara baja a pesar de que el presidente en funciones se empeñó en defender que fue la firmeza española ante la Unión Europea la que suavizó el pacto para devolver a Turquía a los refugiados sirios que accedan de forma ilegal a territorio comunitario.

Uno tras otro los portavoces de los grupos parlamentarios echaron en cara a Rajoy que no cumpliera con el mandato que le dio el Congreso para vetar en el Consejo Europeo del 17 y 18 de marzo cualquier violación de la legalidad internacional y la expulsión colectiva de los solicitantes de asilo. Los líderes de los 28 aprobaron la devolución a Turquía de los inmigrantes llegados irregularmente a Grecia desde el 20 de marzo.

El socialista Pedro Sánchez reprochó al jefe del Ejecutivo en funciones que «el consenso parlamentario exigía al Gobierno que se opusiera a cualquier sistema que expresa o indirectamente pudiera desembocar en expulsiones colectivas». Y lo acusó de ir a «a remolque», ser «inactivo» y haber «remoloneado» en Bruselas en vez de defender lo aprobado en el Congreso ante los socios europeos.

Un acuerdo de «vergüenza»

Más duro aún se mostró Pablo Iglesias, quien calificó de «vergüenza» el acuerdo alcanzado con Ankara y aseguró que la decisión de los 28 «supone enterrar definitivamente el derecho de asilo en Europa». El no ajustarse al mandato parlamentario de vetar el acuerdo fue, para el líder de Podemos, una falta de respeto de Rajoy a los españoles.

Albert Rivera pidió a su vez «valentía» al jefe del Ejecutivo en funciones para que no permita que la UE «externalice los derechos humanos». Izquierda Unida incluso anunció que hoy presentará una querella criminal en el Tribunal Supremo contra el Gobierno. A su entender, el acuerdo de refugiados alcanzado entre la UE y Turquía incurre en diversos tipos penales, como la denegación de socorro y trato inhumano y degradante a este colectivo. «Mañana [por hoy] presentamos una querella por delitos de lesa humanidad porque parece que no aprenden de la experiencia», advirtió Garzón, después de alertar al Gobierno de que los hombres de traje y corbata también pueden participar en delitos de crímenes de lesa humanidad, como la «deportación y el traspaso forzoso» de la población, un hecho que a su juicio está amparando España.

Rajoy hizo caso omiso y defendió su actuación ante el Consejo Europeo. Insistió en que las aportaciones españolas aseguraron «un respeto riguroso» a la legalidad internacional y contrastó su labor en Bruselas con lo que defienden en el Congreso los «aprendices de mesías que creen tener siempre la razón». E invitó a Pablo Iglesias a aprender de él «un poco de moderación». «Aprenda de mí, que en esto soy muy bueno», le espetó antes de advertirle también de que no debe apropiarse de «patrimonios que son de todos», como la defensa de los derechos humanos, la vida, la libertad de expresión o el derecho de asilo. Rajoy se quejó, en este sentido, de que Iglesias calificase como «una vergüenza» el acuerdo y dijese que «entierra el derecho de asilo», convencido de que las cosas se pueden decir «de otra manera» y «con un poquito más de finura».