España y Marruecos refuerzan su cooperación en la lucha antiyihadista

Colpisa MADRID

ESPAÑA

Emilio Naranjo | EFE

Los ministros del Interior de ambos países celebran una minicumbre en Madrid

31 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Una reunión franca y sin tapujos sobre temas extremadamente sensibles de la seguridad nacional de ambos países. Un encuentro que hace solo tres años habría sido absolutamente impensable». Las palabras son uno de los asistentes a la minicumbre celebrada ayer en Madrid entre los máximos responsables de Interior de España y Marruecos con los respectivos ministros, Jorge Fernández Díaz y Mohamed Hassad, a la cabeza. La amenaza yihadista compartida por España y Marruecos ha provocado unos niveles de complicidad entre los servicios de información e inteligencia de ambos países desconocidos hasta ahora y que algunos expertos aseguran que se acercan casi a la colaboración que llegó a haber con Francia en los últimos años de actividad armada de ETA.

A la reunión, además de los directores de la Policía y la Guardia Civil, Ignacio Cosidó y Arsenio Fernández de Mesa, asistió el hombre fuerte de la lucha antiterrorista en el país africano, Abdellatif Hammouchi, responsable de la Direction Générale de la Surveillance du Territoire (DGSN-DGST). Se trata de un personaje con un pasado más que controvertido -está reclamado en Francia por varias denuncias de torturas-, pero que se ha convertido en el principal impulsor desde la parte marroquí de la colaboración con España y ha conseguido que los otrora esquivos servicios de contraespionaje del país vecino se hayan abierto a las fuerzas de seguridad españolas y al Centro Nacional de Inteligencia (CNI). La lucha contra el Estado Islámico fue, sin duda, el centro indiscutible de la cumbre. Madrid y Rabat, según fuentes del encuentro, coincidieron hasta la saciedad en el peligro para la seguridad nacional de ambos estados que supone, sobre todo, el regreso de los llamados foreign fighters (los terroristas desplazados al autodenominado Califato).

España cifra en 156 los yihadistas, casi todos de origen marroquí, salidos desde territorio nacional con destino a Siria e Irak. Marruecos, por su parte, es uno de los países que más radicales ha aportado a las hordas de Abu Bakr al-Baghdadi con cerca de 1.500 terroristas, muchos de ellos originarios del norte del país, en particular de zonas fronterizas a Ceuta y Melilla. En el fondo, ambas partes coincidieron en que, con independencia de nacionalidad, esos foreign fighters son «compartidos», ya que pertenecen a los mismos grupos de captación y células de origen.

Comunicado

Fernández y Hassad rechazaron tener una comparecencia conjunta para dar visibilidad a la sintonía entre ambas partes y dejaron como única información oficial del encuentro un comunicado a modo de declaración conjunta y la presencia de ambos en un acto de homenaje a los agentes fallecidos de la Guardia Civil.

En ese documento ambos, además de «felicitarse por la excelente y ejemplar colaboración entre los servicios de seguridad de los dos países», mostraron su satisfacción, especialmente por los «resultados obtenidos en el plano operativo» en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.

Respecto a la lucha contra el yihadismo, las dos delegaciones sí que quisieron dejar constancia formal de su satisfacción por el hecho de que sus servicios antiterroristas tengan una «cooperación fundada en un intercambio continuo de información y basado en la confianza».

Información marroquí en el 80 % de las redadas realizadas en el 2015 en España

Las fuerzas de seguridad de ambos países, según el comunicado emitido tras el encuentro de los dos ministros de Interior, ya llevan a cabo «operaciones conjuntas y simultáneas» que han logrando el «desmantelamiento de numerosas células terroristas, entre las que se encontraban aquellas dirigidas al reclutamiento y transporte de combatientes terroristas extranjeros hasta las zonas en conflicto».

Según las estimaciones del Ministerio del Interior, en cerca del 80 % de las redadas llevadas a cabo el pasado año en territorio nacional había información aportada por los servicios antiterroristas marroquíes. En algunos casos, incluso, como pasó el pasado octubre, una operación que acabó con una decena de detenidos fue coordinada al milímetro a ambos lados del Estrecho de Gibraltar por los responsables del CNI y de la DGST a través de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional española y el Bureau Central des Investigations Judiciaires (BCIJ) marroquí. Solo en el 2014 la colaboración llevó a cinco grandes operaciones con decenas de detenidos de grupos del Estado Islámico en Ceuta, Melilla, Cataluña, Castillejos, Fez, Nador o Tetuán.

Marruecos y España también mostraron su preocupación por la situación en el Sahel, «marcada por una inestabilidad endémica de la que se nutren las diferentes facciones y organizaciones terroristas y criminales». Las dos delegaciones compartieron la necesidad imperiosa de una «cooperación regional amplia, para frenar la amenaza terrorista cada vez más preocupante».