La hora de la venganza llega al caso Nóos

Melchor Saiz-Pardo / Colpisa PALMA

ESPAÑA

Cati Cladera | EFE

Los hermanos Tejeiro, acusados de urdir todas las irregularidades, pasan al contraataque

09 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El juicio del caso Nóos entra en la fase de ajuste de cuentas tras las cuatro primeras semanas de declaraciones de imputados. La guerra abierta entre las familias enfrentadas en el proceso desembocará, casi sin duda, en una venganza a partir de hoy. Declararán ante el tribunal dos de los testigos más esperados, los arrepentidos Miguel y Luis Tejeiro, los cuñados de Diego Torres que se presentan con la clara intención de tomarse la revancha después de escuchar durante días las acusaciones, especialmente contra Miguel, del propio Torres e Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón, de haber urdido las irregularidades en el Instituto Nóos y en sus empresas satélites que sirvieron para desviar a los bolsillos de sus jefes más de seis millones de euros de dinero público.

Miguel Tejeiro vuelve con ganas al tribunal. El asesor fiscal y antiguo secretario en la junta directiva del Instituto Nóos el cabecilla del bando formado por él mismo y sus hermanos, Marco Antonio, gerente de Nóos e imputado, y Luis, contable de la trama y testigo. Frente a ellos está el bando de los matrimonios Urdangarin-Borbón y Torres-Ana María Tejeiro, hermana de los anteriores, que se reconcilió días antes del juicio tras cinco años de disputas y envío de correos electrónicos comprometedores con el único fin de intentar salvar a las esposas y tratar de exculparse acusando de todo a la familia de los asesores.

Miguel Tejeiro fue absuelto el primer día de juicio tras la sorprendente decisión de Manos Limpias, única parte que le acusaba, de retirar los cargos contra él. Antes de la pirueta la acusación popular pedía para el asesor fiscal once años de cárcel. Según fuentes del caso, la decisión de Manos Limpias de sacarle del banquillo debería tener como «contraprestación» una «dura» declaración del ahora testigo para terminar de acorralar a Torres, Urdangarin y, quien sabe, si poner más complicado el futuro procesal de la infanta Cristina.

Luis Tejeiro, por su parte, no tendrá tanta munición, pero era el contable de todo el entramado y está decidido a salvar a sus hermanos frente a la acometida del otro bando. Tanto Luis como Miguel son testigos en esta causa, lo que implica que no pueden mentir y están obligados a responder a todas las partes y a todas las preguntas, incluidas las más comprometedoras.