Sánchez se encomienda a un improbable pacto con Iglesias tras la fallida primera votación

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

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Tal y como estaba previsto, el candidato socialista no logra los 176 votos que necesitaba para ser investido en primera ronda. En la segunda votación, le bastará obtener más síes que noes. Para ello, necesita la abstención o el apoyo de Podemos. Sánchez e Iglesias se criticaron con dureza en sus intervenciones en el debate y se tendieron la mano para volver a negociar aunque las posturas siguen muy alejadas

02 mar 2016 . Actualizado a las 20:34 h.

Tal y como estaba previsto, Pedro Sánchez fracasó en el primer intento para ser investido presidente, al obtener únicamente 130 apoyos -los votos de los 89 diputados del PSOE, los 40 de Ciudadanos y el de Nueva Canarias-. El resto de la cámara, 219 diputados, votaron en contra, salvo la representante de Coalición Canaria, que se abstuvo. De esta forma Pedro Sánchez, queda abocado a una segunda votación, que se celebrará el próximo viernes por la tarde. Entonces sería suficiente obtener más 'síes' que 'noes', pero para ello necesitaría la abstención, al menos, o el apoyo, de PP o Podemos.

La primera opción está totalmente descartada y la segunda resulta altamente improbable. Sánchez e Iglesias se criticaron duramente hoy durante el debate y, aunque ambos se tendieron la mano para negociar una mayoría de izquierdas, las posturas están muy alejadas y las posibilidades de llegar a un acuerdo escasa, todavez que Podemos ha vetado continuamente el pacto con Ciudadanos.

Un duro debate

La falta de alianzas claras para lograr una mayoría suficientes para gobernar ha elevado la tensión del debate de investidura. El primer en intervenir fue Mariano Mariano Rajoy, que acusó a Sánchez de afrontar una «investidura ficticia», puesto que carece de los apoyos necesarios. Tachó al candidato socialista de «bluff» y advirtió de que el programa de los socialistas «es ruinoso para la economía, disolvente para la confianza y catastrófico para el empleo».  Sánchez fue muy duro en su respuesta, cuando acusó a Rajoy de ser un tapón, primero por su negativa a formar Gobierno cuando el rey se lo encargó, y después por no dar un paso atrás para que su partido pueda regenerarse.

La tensión creció mucho más con la intervención del debutante Pablo Iglesias. Comenzó su intervención recordando la lucha contra el franquismo, continuó señalando que el PP es un partido fundado por siete ministroa franquistas y alcanzó su punto más caldeado cuando tildó al PSOE de ser «el partido de la cal viva». De sus ataques no se libró tampoco Ciudadanos, «la naranja mecánica». Iglesias basó su dircurso en presentar la alianza entre Sánchez y Rivera como «la primera entrega del plan de la oligarquía, el Ibex 35 y la vieja guardia del PSOE», que tendrá su segunda entrega cuando el candidato socialista sea obligado a formar la llamada gran coalición con el PP. Sánchez, que rebajó notablemente el tono del debate a esas alturas, recordó que el pacto de izquierdas que defiende Iglesias pero del que veta a Ciudadanos, no suma los apoyos suficientes. «Solo hay dos opciones, el cambio o la continuidad. A lo mejor todas estas medidas no significan para usted asaltar el cielo, pero le propongo que al menos saquemos a España del infierno en que les ha metido el señor Rajoy», le espetó.

Le siguió otro debutante, Albert Rivera, que centró su discurso en atacar a Rajoy mientras defendía su pacto con el PSOE, que fue desgranando a lo largo de la media hora que se prolongó esa intervención. Reclamó a Rajoy «que abandone la extraña pinza» con Podemos para no votar con la formación morada y con los independentistas. Acusó al presidente del PP de ser incapaz de afrontar la lucha contra la corrupción ni las reformas que necesita España para salir adelante. A cambio recibió el agradecimiento de Pedro Sánchez, que ha destacado que ambas formaciones han hecho algo «que no hace nadie más: dialogar». Sus agradecimientos han provocado algunos comentarios en el hemiciclo, que han obligado a Patxi López a pedir una vez más silencio. «Hay diputados más pendientes de la confrontación que del acuerdo -ha aprovechado para decir Pedro Sánchez--. Son los tiempos que vivimos, señor Rivera. En todo caso, gracias por su valentía».