Objetivo: no exponer a la infanta Cristina

melchor sáiz-pardo PALMA / COLPISA

ESPAÑA

CATI CLADERA | EFE

Sus abogados limitarán su intervención en el juicio tras constatar que la presidenta está dispuesta a admitir todo tipo de preguntas

29 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La presidenta del tribunal del caso Nóos, Samantha Romero, ya ha dejado claro en las primeras doce sesiones del juicio que no se deja intimidar ni por la Fiscalía ni por la Abogacía del Estado ni por el equipo jurídico de la hermana del Rey. Es más, se ha mostrado especialmente proclive a no coartar lo más mínimo las preguntas más delicadas sobre la Casa Real ni las arriesgadas estrategias para tratar de involucrar a Zarzuela, ya vengan de Diego Torres o de Manos Limpias.

Ante este panorama, el equipo jurídico que encabeza formalmente Miquel Roca ha hecho suya una máxima: exponer lo mínimo a la infanta durante su interrogatorio. Salvo sorpresa mayúscula, la esposa de Iñaki Urdangarin, haciendo uso de su derecho como imputada, se va a negar a responder a la única parte del proceso que le acusa, Manos Limpias. Y quizás, incluso, a otros intervinientes si pretendieran interrogarla, para fiarlo todo a la versión que pueda dar a las preguntas «a la carta» de su propia defensa. Desde hace semanas, los letrados de Cristina de Borbón venían sopesando esta posibilidad, pero ahora la decisión parece tomada al 100 %.

La defensa de la infanta, en un principio, se inclinaba por que la imputada respondiera a todas las partes para mostrar la mayor transparencia. Sus abogados la veían perfectamente capaz de sostener la misma férrea versión que mantuvo cuando declaró ante el juez José Castro en el 2014, negando una y otra vez cualquier relación con las cuentas de la sociedad Aizoon. Tampoco veían especial problema en que la infanta se refugiara, como hizo hace dos años, en constantes evasivas y en que su vida como madre, directiva de La Caixa y miembro de la familia real no le dejara tiempo para saber qué ocurría en Aizoon. Sin embargo, todo ha cambiado. Especialmente desde que el jueves la abogada de Manos Limpias, López-Negrete, acorraló a Torres porque este, dentro del pacto de no agresión que mantiene con el exduque, intentaba exculpar a la infanta, al contrario de lo que había hecho durante la instrucción, cuando declaró que «evidentemente» Cristina estaba al tanto de todo lo que su marido hacía en la sociedad del matrimonio.

¿Dónde pondrá el límite Urdangarin?

Que Iñaki Urdangarin tiene un pacto con Diego Torres para intentar exonerarse mutuamente y a sus mujeres nadie lo duda ya. Es más, el viernes quedó patente cuando, tras las dos primeras horas de interrogatorio del exduque, este se acercó a su exsocio para valorar juntos sus respuestas y recibir alguna reprimenda de Torres por alguna intervención. Sobre lo que sí hay más incógnitas es hasta dónde llegará Urdangarin a hacer suya la versión de su exenemigo y ahora, otra vez, amigo. Especialmente, la pregunta es si, como Torres, estará dispuesto a cargar contra la Casa Real para intentar exculparse de todo por la supuesta supervisión que Zarzuela y altos cargos muy cercanos a Juan Carlos I hacían de todo lo que ocurría en Nóos. Durante las dos veces que Urdangarin declaró en instrucción esquivó las preguntas más espinosas sobre este asunto y desvinculó por completo a la Casa Real del instituto supuestamente corrupto. Sin embargo, aquellas declaraciones fueron en el 2012 y el 2013 y entonces la jefatura del Estado la ostentaba todavía Juan Carlos I y no Felipe VI.