Dos años de prisión a la tuitera que humilló a las víctimas de ETA

Agencias

ESPAÑA

Captura de pantalla del perfil de Twitter de Madame Guillotine
Captura de pantalla del perfil de Twitter de Madame Guillotine Twitter

Bajo el alias Madame Guillotine, publicó en la red social chistes ofensivos de Irene Villa y Miguel Ángel Blanco. Al igual que Zapata, concejal de Ahora Madrid, se respalda en el humor negro

01 feb 2016 . Actualizado a las 18:39 h.

La Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado este lunes a dos años de prisión, la máxima pena que era posible imponer, a María Lluch Sancho por los delitos de enaltecimiento del terrorismo y humillación a víctimas de ETA como Irene Villa y Miguel Ángel Blanco, haciendo uso de su cuenta de Twitter Madame Guillotine (@melodalger).

El tribunal atiende a la petición del Ministerio Fiscal que pedía la imposición de la máxima pena atendiendo a la gravedad de los comentarios vertidos en Twitter por Lluch Sancho, nacida en Valencia y de 24 años, que, según la sentencia, «rezuman pura maldad sin paliativos» al referirse a víctimas del terrorismo con unos «niveles de crueldad, vejación, humillación y falta de piedad de proporciones superlativas».

Además de la prisión de dos años, la Audiencia Nacional inhabilita a María Lluch Sancho del ejercicio de cargo público durante el tiempo de la condena e impone la inhabilitación absoluta durante ocho años. También tiene que pagar las costas procesales según una sentencia que puede ser recurrida ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.

La Sección Cuarta se refiere a la jurisprudencia que existe sobre la materia en el Tribunal Supremo para desoír a la defensa de la tuitera, que alegó que Lluch Sancho no conocía «absolutamente de nada» a miembros de ETA sobre los que dijo que derramaba lágrimas tras su fallecimiento. Según la condenada, sus frases estaban motivadas por la intención de mostrar su «solidaridad hacia el problema vasco», resultándole indiferente la organización terrorista, una conducta que el tribunal «reputa paladinamente por incierta» y «alejada por completo de la realidad».

Los tuits sobre Irene Villa afrentan a todas las víctimas

La Sala de lo Penal tampoco atiende a la defensa cuando alegó que la tuitera, que también llevó sus comentarios a otras redes sociales como Flickr, desconocía que causarían dolor en las víctimas. De hecho, responde al hecho de que Irene Villa no se sienta inquietada por estas frases argumentando que esto último «no constituye óbice para el castigo de la acusada», porque entre el colectivo de víctimas de ETA se encuentran multitud de personas que sufrieron terribles mutaciones. El que Villa no se sienta afectada por los comentarios no implica que otras víctimas no sienta «en sus propias carnes la profunda humillación que, objetivamente, comporta tan denigrantes frases», sostiene la Audiencia Nacional.

Carrero Blanco «voló»

Entre noviembre del 2012 y agosto del 2014, María Lluch publicó en Twitter con el seudónimo de Madame Guillotine frases para mofarse del atentado contra Carrero Blanco en 1973 como: «Voló, voló, Carrero voló y hasta las nubes llegó. Ay Carrero, el primer astronauta español». También reprodujo consignas como «maderos a la guillotina, ETA mátalos» o enlazó desde su cuenta a vídeos de Youtube invitando a sus 790 seguidores a que se rieran de las imágenes de atentados.

«Va, que sé que os gusta. Reírse es bueno», escribió en uno de sus primeros tuits, al enlazar un vídeo en el que se escuchaban «una gran cantidad de frases dañinas» sobre Villa. «El humor negro mola, pero el summum son los de Irene Villa. Son la bomba», afirmaba en otro tuit de mayo del 2013, año en que también publicó bromas sobre Miguel Ángel Blanco. Estos chistes los intercalaba con otros mensajes ensalzando a ETA, como una foto de una cristalera de un restaurante que tenía colgado el texto «Gora ETA/Viva ETA». «Salir a cenar y encontrarte con esta pintada. Estoy como en casa. Gora ETA militarrak/Viva ETA militar», escribía junto a la imagen.

La acusada también publicó un enlace a un vídeo del grupo musical Kortatu cantando Soldados vascos, acompañado de un comentario en el que lanzaba varias proclamas, ensalzando en algunas de ellas a ETA: «Viva ETA militar», ponía.

Durante su declaración en el juicio, la joven admitió haber difundido esos comentarios ofensivos a través de su cuenta en Twitter, pero se mostró extrañada con que, tratándose de chistes de humor negro que «te pueden hacer gracia o no» o ser «políticamente incorrectos» y que «no me he inventado yo», te puedan «detener y condenar por ello». «La comisión del delito», argumenta a la sentencia, «no requiere que el sujeto activo del mismo sea el inventor de las proclamas, mensajes, comentarios, etc». «El hecho de publicarlos en su cuenta de Twitter colman las exigencias típicas de naturaleza objetiva contenidas en el Código Penal», añade el tribunal compuesto por los magistrados Ángela Murillo (presidenta y ponente), Paloma González y Juan Francisco Martel.

El caso Zapata

Los hechos son similares por los que la Audiencia Nacional, en este caso el juez Santiago Pedraz, investiga al concejal por Ahora Madrid en el Ayuntamiento de la capital Guillermo Zapata. En este caso, se le imputa un delito de humillación a las víctimas del terrorismo que habría cometido por reproducir hace más cuatro años en la red social Twitter chistes sobre Irene Villa y el Holocausto.

Cuando declaró ante el juez, Zapata alegó en su defensa que lo que escribió sobre Irene Villa -«Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos»-, era una muestra de humor negro. El mismo argumento lo empleó la joven ahora condenada.

Sin embargo, para el tribunal «las expresiones y comparaciones referidas a Miguel Ángel Blanco e Irene Villa presentan niveles de crueldad, vejación, humillación y hasta falta de piedad de proporciones superlativas dirigidas a dos concretas víctimas de actos terrorista que adquirieron gran notoriedad pública, por la generalizada solidaridad que despertaron en la ciudadanía».