Rajoy asegura que él no es el obstáculo, sino Sánchez, porque quiere ser presidente

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Fernando Alvarado | EFE

Apremia al secretario general del PSOE a decidir si apuesta por los independentistas y Podemos, o por llegar a un acuerdo con el PP

29 ene 2016 . Actualizado a las 08:06 h.

Tras renunciar a intentar su investidura por falta de apoyos, Mariano Rajoy ha traspasado toda la presión a Pedro Sánchez. En vísperas del comité federal del PSOE de mañana, la ha subido un grado más al señalarle como el único responsable de la actual situación de bloqueo institucional. Sabe que su única posibilidad de repetir como presidente del Gobierno es que los barones y la vieja guardia encabezada por Felipe González frenen el pacto que el secretario general pretende con Podemos, que además necesita de los independentistas catalanes. Si fracasa la coalición de izquierdas y el PSOE mantiene su no a Rajoy, como reafirmaron el jueves contundentemente los líderes territoriales, la única posibilidad que le quedaría para seguir en la Moncloa serían unas nuevas elecciones.

El presidente del Gobierno en funciones se quitó toda la responsabilidad en la formación del próximo Ejecutivo en estos momentos, que endosó en exclusiva a Sánchez, pues es quien tiene «la llave» de la gobernabilidad, y al que apremió a que se aclare y diga «con quién quiere asociarse», si con Podemos y los independentista o apuesta por hacer «algo razonable con el partido que ha ganado». Debe hacerlo, dijo, cuanto antes, ya que la actual situación de interinidad no se puede mantener durante mucho tiempo porque perjudica a la economía y al normal funcionamiento del país. En su opinión, el «primero, el segundo y el cuarto partido tienen la obligación de entenderse en beneficio de España». Él, por su parte, cree que ya ha cumplido. «Nosotros hemos hecho una oferta por la estabilidad, la moderación, la sensatez y el sentido común», señaló. «Si el señor Sánchez no quiere saber nada del PP, lo que espero es que dé una solución a esta situación», añadió.

Paso atrás

Pero Rajoy no está dispuesto a dar un paso atrás para que otro líder de su partido trate de llegar a un pacto con el PSOE. Al menos es lo que repite una y otra vez cuando se le pregunta. Lo hizo también el jueves, al señalar que hay que respetar lo que han dicho los ciudadanos en las urnas, donde el PP se presentó con una lista y un candidato. Aseguró que no hay «ninguna línea roja» en la negociación para formar gobierno. Preguntado si ni siquiera él mismo, respondió que él no es un obstáculo para un acuerdo con el PSOE, sino el hecho de que Sánchez quiera ser presidente. También rechazó las «maniobras de salón, dimes y diretes» sobre alternativas como que el PP se abstuviera ante un acuerdo entre los socialistas y Ciudadanos. «La voluntad de la gente se respeta, porque para eso vota», aseguró el presidente del Gobierno en funciones.

Respetable y cualificada

Sobre la opinión de Felipe González, que pidió en una entrevista que el PP y el PSOE no impidan que el otro gobierne y rechazó un pacto de su partido con Podemos, se limitó a decir que es una opinión muy respetable y cualificada.

El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, salió en apoyo de Rajoy, descartando que sea un obstáculo, ya que ha sido el artífice de la política económica que ha permitido cerrar el 2015 con el mayor descenso del paro de la historia.

Otras voces en el PP también metieron presión a Sánchez. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, criticó al PSOE por rechazar la última oferta de Rajoy y por preferir hablar con los independentistas que con el PP. El vicesecretario de Comunicación de los populares, Pablo Casado, recordó que el secretario general de los socialistas aseguró en el 2014 «que jamás pactaría con Podemos, porque es populismo bolivariano, y sus políticas conducían al corralito y a la cartilla de racionamiento y crearían pobreza en España». La vicesecretaria de Estudios del PP, Andrea Levy, afirmó que Sánchez «está intentando que fragüe su historia de amor» con Pablo Iglesias, lo que a su juicio «sería un absoluto fracaso para el futuro de España».