Una carambola abrió el calvario judicial de la infanta y Urdangarin

Melchor Sáiz-Pardo / Colpisa MADRID

ESPAÑA

Ballesteros | EFE

Ocho papeles hallados por casualidad abrieron el caso Nóos, que se juzga este mes

04 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Fueron el origen del caso Nóos. Ocho papeles hallados por casualidad. La hermana y el cuñado del Rey de España se sentarán en el banquillo de los acusados el próximo lunes 11 de enero por una carambola. Aquel verano del 2010 ellos no eran, ni mucho menos, el objetivo de la investigación abierta por el juez José Castro y el fiscal Pedro Horrach. El magistrado y su entonces amigo buscaban desenmarañar la trama de corruptelas que durante años había tejido en Baleares el expresidente Jaume Matas, empezando por los sobrecostes del velódromo de la capital de las islas, el Palma Arena.

Bajo la lupa de los investigadores de las faraónicas obras del Palma Arena estaba la Fundació per al Suport i la Promoció de l?Esport Balear (Illesport). Los responsables de la fundación no sabían cómo salir del embrollo. No había facturas que justificaran muchas de sus actividades. Al final, el juzgado pidió que remitieran toda la documentación que obrara en sus archivos. Entre toda aquella de marea de papeles, algo totalmente ajeno al velódromo o a otros asuntos bajo sospecha llamó la atención del fiscal. «Era un convenio de Illesport, a la que estábamos investigado por Palma Arena», recuerda Pedro Horrach. Eran ocho páginas de un contrato entre el Gobierno balear y el entonces desconocido Instituto Nóos para la celebración del primer Illes Balears Forum del 2005, por el que la administración autonómica sin ningún tipo de concurso público se comprometía a entregar a Nóos 1,2 millones por organizar tres días de jornadas deportivas.

Denuncia de la oposición

Aunque en el 2006 la oposición en la Cámara autonómica había denunciado el dispendio por aquel evento sin apenas repercusión para las islas, el tema se había olvidado y nadie había apuntado, siquiera de rebote, a Iñaki Urdangarin. Pero había mucho más que un dispendio. «No había expediente que justificase aquel convenio. En los papeles, por entonces solo aparecía Diego Torres», rememora Horrach. «Cuando Torres aportó las facturas al juzgado me puse a mirarlas y vi que había descuadre. Gran parte dinero iba a manos de sociedades de Torres, pero había otra sociedad que también recibía dinero procedente del convenio». Se llamaba Aizoon. Un nombre que nadie conocía por entonces. Tampoco Horrach. «Mire en el registro mercantil y vi que era propiedad de Iñaki Urdangarin», apunta el fiscal. La copropietaria de aquella sociedad era la hija del entonces rey Juan Carlos I.

Era el principio del fin de los ya exduques de Palma. Horrach pidió de inmediato el secreto de las actuaciones. Y así, sin ruido, fue cerrando el círculo sobre Urdangarin, a lo que sin duda ayudó Torres.

Traición de Torres

El exsocio, ya por entonces enfrentado con el cuñado del hoy jefe del Estado, fue llamado a declarar en absoluto secreto el 11 de julio del 2011. Torres confirmó que en la junta directiva de Nóos estaban Urdangarin y la infanta Cristina. Pero fue más allá. Reveló que el exduque había tenido contactos con el Gobierno balear y que, aunque no cobraba como presidente de Nóos, sí que lo hacía «por los servicios prestados de estudios y dirección de proyectos», a través de Aizoon.

Había nacido, siempre en secreto, el caso Nóos, bautizado policialmente como operación Babel. El 7 de noviembre del 2011, el registro de la sede de Nóos en Barcelona reveló la existencia de una investigación que salpicaba a Urdangarin. El 29 de diciembre del 2011 se convirtió en el primer miembro de la Casa Real imputado en un proceso penal. Los cargos, malversación de caudales públicos, fraude, falsedad documental, prevaricación y evasión de impuestos. Y en abril del 2013, fue el turno de Cristina de Borbón por apropiación indebida de los fondos desviados de Nóos.

La infanta lo negó todo

En febrero del 2014, la infanta lo negó todo ante el juez, pero aquella desconocida sociedad cuyo nombre apareció en segunda derivada en el verano del 2010 cuando al fiscal se le ocurrió echar un vistazo más a fondo a aquellas ocho páginas se había convertido en su billete directo al banquillo.

11 de enero, en el banquillo

Dentro de una semana comienza en la Audiencia de Palma el juicio por el caso Nóos. Ese día se sentarán en el banquillo de los acusados la infanta Cristina y su marido Urdangarín. Entre los testigos declararán Rodrigo Rato y Gallardón.

Caso Palma Arena, una hidra con 28 cabezas? por ahora

Sin duda jamás imaginó la Casa Real que una investigación sobre la corrupción de los Gobiernos de Jaume Matas en Baleares iba a desembocar en el mayor escándalo de la Monarquía y con dos miembros de la Familia Real sentados en el banquillo.

El caso Palma Arena, cuya pieza 25 es el caso Nóos, es un gigantesco sumario abierto por José Castro y Pedro Horrach en agosto del 2008 para investigar por qué el velódromo presupuestado en 48 millones de euros acabó costando a las arcas públicas cerca de 110 millones.

Habida cuenta de la envergadura y número de irregularidades encontradas en la gestión de Matas, el sumario se fue partiendo en piezas separadas hasta un total de 28 de la de las que cerca de 20 todavía siguen instruyéndose. La última pieza de este macrosumario es el caso Son Espases, abierto en febrero del 2015 para investigar el sobreprecio del mayor hospital del archipiélago y el supuesto pago de comisiones desviadas al Partido Popular.

Otras piezas versan sobre la contratación irregular de la mujer de Matas, contrataciones fraudulentas de técnicos, dudosos patrocinios ciclistas, estudios técnicos no justificados, fraccionamientos de contratos, cobro de mordidas, facturas hinchadas, blanqueo de capitales de Matas, las reformas del palacete del expresidente, irregulares fiscales de personal de la Administración, etcétera.