«Te dicen que esta relación no es buena. Nos dijeron que esto no está bien, que es inmoral», denuncia
02 dic 2015 . Actualizado a las 02:44 h.Cris tiene 36 años y es el padre de Sara, de 18. Ambos mantienen desde hace tiempo una relación sentimental. Acaban de ser padres de una niña a la que apenas han podido ver. Según una información de Crónica Balear, un mes y medio antes del parto tuvieron que acudir al juzgado citados por el departamento de menores tras una denuncia de la ex mujer de Cris y madre de Sara.
«Nos dieron dos opciones», relata el padre. «O dar a la niña en adopción, o que Sara fuera a un centro donde ella criaría a la niña por sí sola», comenta Cris a este diario. Les han retirado la patria potestad, el poder de los padres sobre sus hijos.
Entre ambos escogieron la segunda opción, pero ya han pasado dos semanas desde el nacimiento de la niña y no tienen noticias de ella. «Te dicen que esta relación no es buena para el bebé. Nos dijeron que esto no está bien, que es inmoral», lamenta el padre.
Según Cris, desde el gobierno balear se justifican en que Sara, a sus 18 años, no está preparada para hacerse cargo del bebé y que entre ambos no cuentan con suficientes medios económicos como para cuidar de la niña con garantías, por ello, según relata a Crónica Balear, «queremos que la custodia la pida mi padre, que sí tiene medios, solvencia y al que no podrán decirle que tiene antecedentes como a mí».
«Más que un padre he sido un amigo»
«Somos padre e hija pero ella nunca me ha visto como un padre porque yo, más que un padre, he sido un amigo». Así explica esta pareja el inicio de su relación.«Comenzó como empiezan todas: juegos, llevarse bien, confianza. Y ha ido muy bien hasta que se ha sabido». En la entrevista concedida en exclusiva a Crónica Balear Sara y Cris comentan que, a pesar de todo, les da igual lo que diga la gente. «Que a la gente le parezca que está mal, muy bien, respeto su opinión pero me da igual. La opción fácil habría sido abortar y nadie se entera. En el momento en que decidimos tenerlo, es porque nos da igual lo que diga la gente».