Solo Podemos se desmarca del frente contra el secesionismo

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

JAVIER SORIANO | Afp

Rajoy no ve necesario un pacto escrito y se felicita de que «la mayoría» defienda la soberanía nacional y la unidad de España

31 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Mariano Rajoy recibió ayer en la Moncloa a Albert Rivera y a Pablo Iglesias, líderes de dos partidos sin representación en el Congreso, para abordar el desafío independentista en Cataluña. Un hecho insólito que refleja el vuelco del tablero político español en los últimos años. El presidente del Gobierno escuchó dos planteamientos antagónicos. Uno, el de Rivera, líder de Ciudadanos, de colaboración en la defensa de la unidad de España, la soberanía nacional y la Constitución. Y otro, el de Iglesias, líder de Podemos, de rechazo frontal a la posición del Gobierno y de superación del marco actual para dejar en manos de los catalanes su relación con España.

Rivera propuso a Rajoy un pacto de cinco puntos que establece que «la soberanía reside en el conjunto del pueblo español» y defiende la unidad territorial; fija la Constitución como único marco para reformar España «sin atajos»; establece un compromiso firme con la Unión Europea y exige a los firmantes del acuerdo que se comprometan a no gobernar de la mano «de los que quieran romper España».

Según explicó, hay acuerdo con Rajoy «en el fondo» de ese plan que Rajoy se comprometió a estudiar. La defensa de la soberanía nacional excluiría del acuerdo a Podemos y a IU, partidarios de un referendo independentista, y el compromiso de rechazar de antemano cualquier acuerdo con fuerzas que defiendan la independencia pondría también en serios aprietos al líder del PSOE, Pedro Sánchez, obligado a renunciar a algunos apoyos para poder formar Gobierno tras el 20D.

«Es necesario firmar un pacto por España para que todos sepan que gobierne quien gobierne el próximo 20D, sea cual sea la mayoría que surja de las urnas, este país no está en juego, no se rompe y no se negocia», señaló Rivera. El líder de Ciudadanos puso a disposición de Rajoy los 25 diputados con los que cuenta en el Parlamento catalán para poner en marcha cualquier iniciativa que diseñe el Gobierno con el objetivo de hacer descarrilar el plan de los secesionistas.

Radicalmente distinto fue el planteamiento de Iglesias, que rechazó de plano sumarse a ese frente que, de momento, forman el Gobierno, PSOE y Ciudadanos en contra los secesionistas, y planteó al presidente su conocido plan de celebrar un referendo para que decidan los catalanes y de cambiar la Constitución para reconocer a Cataluña como una nación. Rechazó también que el Gobierno recurra al Constitucional la resolución independentista de Junts pel Si y la CUP, situó al PP, al PSOE y Ciudadanos como tres partidos «inmovilizados y bunkerizados» y dijo que no está de acuerdo «en casi nada» con el presidente del Gobierno.

«Nada perdí» llamándolo

Rajoy compareció para hacer balance y se felicitó de que «la mayoría» de los partidos estén de acuerdo en la defensa de la soberanía nacional, la unidad de España y el cumplimiento de la ley y la Constitución. Aseguró que eso es lo fundamental y rechazó que sea necesario firmar un pacto escrito, como plantea Rivera, porque lo sustancial de ese acuerdo «ya está hecho». Aunque dejó claro que Podemos no comparte esos planteamientos, no se arrepiente de haber llamado a Iglesias. «Tengo la sensación de que nada perdí por haber tenido esa conversación», explicó.

Rajoy justificó la llamada a los líderes políticos, que hará extensible la semana que viene a IU, UPyD y Unió, en que el desafío independentista es «el mayor ataque al ordenamiento constitucional en los últimos años» y pretende «liquidar» los derechos de los españoles. Asumió la responsabilidad de «liderar» la respuesta del Estado, pidió confianza a todos los demás y prometió escuchar sus propuestas antes de actuar. Lo que no se plantea es llamar a Artur Mas porque, dijo, lo único que cabe es pedirle que retire de inmediato una propuesta que es un desafío a la legislación.