Condenan a penas de hasta 12 años de cárcel a once miembros de una célula yihadista por enviar suicidas a Siria

Europa Press

ESPAÑA

La AN destaca la «gran radicalización y peligrosidad» de los acusados que ayudaban a las filiales de Al Qaeda

02 oct 2015 . Actualizado a las 16:56 h.

La Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre diez y doce años de cárcel a los once integrantes de una célula yihadista, asentada en Ceuta, que reclutaba combatientes para enviarlos a Siria con el fin de unirse a la yihad, de los que seis fallecieron en atentados suicidas que provocaron la muerte de «centenares» de personas.

La Sección Segunda de la Sala de lo Penal ha considerado a los miembros de este grupo, que fue desarticulado en la operación Cesto desplegada en junio del 2013, responsables de delitos de integración en organización terrorista y tenencia ilícita de armas.

Las penas más altas han recaído sobre los dirigentes de la célula Karim Abdeselam Mohamed e Ismail Abdellatif Al-Lal, mientras que han sido condenados a diez años de prisión Abdelkrim Chaib Abdelaziz, Mohamed Heyouf Mohamed, Tarik Mustafa Hamed, Abdelah Abdeselam Ahmed, Yassin Ahmed Laarbi, Abdeluahid Sadik Mohamed, Abdesamij Laiachi Abdeselam, Nordin Ahmed Abdel Lah y Rochdi Abdeselam Abdel Lah, alias «Tuita», a quien se le impone otra de un año y medio por tenencia ilícita de armas por la escopeta de cañones recortados encontrada en su domicilio en el barrio del Príncipe de Ceuta.

En una sentencia, de 462 páginas, los magistrados destacan «la radicalización y la peligrosidad» de los integrantes de la célula, a la que «voluntariamente se integraron siendo plenamente conscientes del muy notable servicio que hacían mediante el continuo envío de yihadistas para el cumplimiento de los objetivos de las organizaciones terroristas filiales de Al Qaeda que operaban en Siria con la finalidad de imposición violenta de la Sharia, el Estado Islámico y finalmente el Califato Global».

Seis ceutíes murieron en Siria

Los magistrados Concepción Espejel, Ángel Hurtado y Julio de Diego subrayan que los condenados eran «totalmente» conocedores de que los voluntarios que enviaban a la zona de conflicto estaban dispuestos a ejecutar acciones violentas con explosivos y a inmolarse «nada más llegar para incorporarse a la yihad al servicio de los fines de las citadas organizaciones».

«Todos los acusados denotaron una gran radicalización religiosa, estaban preparados para la acción y tenían un propósito decidido de contribuir eficazmente a la imposición violenta de sus dictados mediante la ejecución inmediata de atentados en Siria, país al que fueron enviadas por la célula ceutí, en la que todos se integraron voluntariamente, y por la marroquí, que operaba en estrecha relación con la anterior, sucesivas oleadas de yihadistas», expone la sentencia.

Entre abril del 2012 y junio del 2013, fueron enviados, al menos, veintiocho yihadistas, de los cuales nueve eran ceutíes que integraban la célula desarticulada y otro marroquí que fue acompañado por uno de los condenados a Algeciras. «Consta que fallecieron en actos terroristas poco después de llegar, al menos ocho, seis de ellos ceutíes, en cuyas acciones murieron centenares de personas», precisan los jueces.

Poco antes de que la célula fuera desarticulada, sus miembros intentaron enviar a otros cuatro simpatizantes -que han sido condenados-, pero no lograron encontrar billetes para el viaje y e hicieron desde España gestiones para integrarse «de inmediato» en el Estado Islámico.