Artur Mas no logra el escaño 63 con el voto exterior

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Jordi Bedmar

De esta forma necesitará el apoyo explícito de la CUP, ya que si hubiera obtenido un diputado más le bastaría con su abstención

30 sep 2015 . Actualizado a las 23:24 h.

El futuro de Artur Mas quedó ayer definitivamente en manos de la CUP. La última esperanza del líder de CDC de que Junts pel Sí, la lista en la que se ha presentado a estas elecciones, consiguiera el escaño número 63, el que le permitiría ser investido por mayoría simple con la abstención de los independentistas radicales de izquierda y no con su apoyo explícito, se desvaneció ayer después de que el recuento del voto por correo exterior dejara las cosas como están.

Para lograr el diputado 63 con el voto por correo, Mas necesitaba 15.000 votos en la provincia de Barcelona, en detrimento del PP, o 5.000 por Gerona, a costa de Catalunya Sí que es Pot. Pero finalmente no consiguió ninguna de las dos cosas. La Generalitat anunció que recurrirá ante el Supremo las trabas que, según sostiene, han puesto las embajadas a los catalanes que residen en el exterior para votar.

Junts pel Sí se queda por tanto con 62 escaños y su candidato a la investidura, sea Mas o cualquier otro, necesita que al menos dos diputados de la CUP o de otro partido voten a su favor para convertirse en presidente. En caso de que los 10 diputados de la CUP se abstuvieran, Mas tendría más votos en contra (63) que a favor (62) y no podría salir elegido, ni siquiera en segunda vuelta.

Y el problema para Mas es que los radicales de izquierda insistieron ayer en que no votarán a su favor, a pesar de las presiones que están recibiendo desde las filas nacionalistas y de que el entorno de Mas pretenda convertir su imputación por desobediencia en un motivo para recabar el apoyo mayoritario de la Cámara.

Mas llama a «no estropearlo»

«No se ha llegado hasta aquí para estropearlo todo», advirtió ayer a la CUP el presidente en funciones de la Generalitat, que destacó que después de haber alcanzado una mayoría absoluta independentista no puede haber «ni el más mínimo margen para el desacuerdo». Haciendo sus particulares cuentas, aseguró que los votos del sí a la independencia superaron a los del no. Para llegar a esa conclusión, excluyó los votos de Catalunya Sí que es Pot, a pesar de que este partido ha reiterado antes y después de las elecciones que no está a favor de la independencia, y a Unió, que también rechaza la secesión.

El líder de CDC declinó, sin embargo, entrar a valorar qué habría que alterar en la hoja de ruta para la independencia para llegar a un acuerdo con la CUP, porque todavía no se han iniciado las negociaciones. Recordó, eso sí, que su candidatura a la presidencia de la Generalitat es algo que no defiende solo él, sino todos los que integran Junts pel Sí, y también los 1,6 millones de catalanes que votaron a esta lista. «No admito que somos el Gobierno de los recortes, somos el Gobierno que ha administrado los recortes impuestos por Madrid de la manera más digna y sensible desde un punto de vista social», añadió respecto a las acusaciones de haber recortado en políticas sociales, uno de los principales argumentos de la CUP en su contra .

Pero la dirección de los independentistas radicales está dispuesta a mantener su órdago y aguantar todas las presiones de Mas. El exdiputado de la CUP en el Parlamento catalán en la pasada legislatura Quim Arrufat advirtió que su oferta a Junts pel Sí tendrá «más recorrido» que «seguir girando en torno a un presidente y sus fans». «Así que calma con los hooligans», añadió.

No todos son tan taxativos en la CUP. El escritor Julià de Jòdar, número 7 de esta lista por Barcelona y futuro diputado en la Cámara catalana, defendió a Mas a través de varios mensajes en Twitter y lo consideró como «uno de los nuestros», por lo que animó a la CUP a «defenderlo sin trabas» y a «no dejarlo solo» tras la acusación de desobediencia por haber convocado la consulta independentista.

El candidato de la CUP a la Generalitat, Antonio Baños, diferenció sin embargo entre que la CUP muestre «solidaridad» ante la «situación legal de Artur Mas» y el signo de su voto para la investidura del presidente. Y reiteró que lleva mes y medio diciendo que no van a apoyar la investidura de Mas porque «representa las políticas de recortes» y además «está muy salpicado por la corrupción».