Manuel Cruz: «Artur Mas intenta sobrevivir cabalgando sobre la ola soberanista»

beatriz pérez BARCELONA / E. LA VOZ

ESPAÑA

Cruz recuerda que el PP era el apoyo de CIU hasta el 2012.
Cruz recuerda que el PP era el apoyo de CIU hasta el 2012. B. P.

Este catedrático de Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona preside la plataforma Federalistes d?Esquerres, que plantea el federalismo como alternativa al independentismo y al inmovilismo

24 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel Cruz (Barcelona, 1951) es catedrático de Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona. Preside la plataforma Federalistes d?Esquerres, que plantea el federalismo como alternativa al independentismo y al inmovilismo.

-Más de un 40 % de catalanes quieren independizarse. ¿Por qué?

-La descripción de las causas está ligada a la interpretación que cada cual hace. Un independentista «pata-negra» le dirá que esto viene de muy atrás y se remitirá a 1714. Hay otro tipo de independentista que le echa la culpa a la transición. Y, por último, está el «sobrevenido», que dice que todo empezó con la sentencia del Constitucional. Mas es de estos últimos.

-¿Qué le dice al «sobrevenido»?

-Le recordaría cómo fue el proceso estatutario. CiU y Pujol no son partidarios de un Estatuto, sino de una relectura del existente porque creían que ya tenía suficientes virtualidades. Así que cuando empieza la reforma, se abre una especie de subasta al alza por ver quién plantea un Estatuto con un mayor número de máximas. Los propios actores reconocieron que era un redactado excesivo, pero que se hacía para negociar. No hay que olvidar que el redactado final que aceptaron es el resultado de una negociación entre Mas y Zapatero. La ciudadanía lo ratifica.

-Pero llega el PP.

-Sí, que había sido equivocadamente apartado del proceso estatutario. Para hacer un Estatuto no se puede dejar fuera al partido conservador más importante de España. Políticamente fue un gran error. Total, que una vez que el Estatuto es votado por la ciudadanía de Cataluña, el PP tiene la nefasta idea de llevarlo al Constitucional.

-Y llega la sentencia del 2010.

-Sí, pero para mí no es tan claro que la sentencia del Constitucional haya sido el desencadenante. Mire, si la ciudadanía catalana hubiera estado tan indignada, se hubiera arrojado al cuello de Mas cuando en el 2010 comienza gobernando con el PP. Hasta el 2012, en Cataluña el apoyo parlamentario de CiU era el PP y nadie armó un escándalo.

-Hubo una masiva manifestación en el 2010 contra el fallo.

-Cierto. Pero no fue en absoluto espontánea, sino que durante los años previos se había estado generando el clima. Por ejemplo, con aquellas consultas en los ayuntamientos, en las cuales ya se planteaba el derecho a decidir. Todo eso lo puso en marcha CiU, que, para mostrar su especificidad frente al tripartito, acentuó su perfil.

-2012: primera gran Diada.

-CiU no previó lo que venía, una gran manifestación que por primera vez reivindica: «Cataluña, nuevo Estado de Europa». A las elecciones del 2012 Mas se presenta sin siquiera mencionar la independencia, pero el resultado no es el esperado y pierde diputados. Ahí toma una decisión: llevar adelante la propuesta, pero con otros socios. Y pacta con ERC. Se da entonces la chocante situación de que el principal partido de la oposición es, a la vez, el socio del gobierno: un oxímoron.

-¿Cuándo se define Mas como independentista?

-Un año después, cuando anuncia la pregunta del 9N. La crisis se estaba llevando por delante a todos los partidos europeos y Mas piensa que el modo de sobrevivir a ella es cabalgar sobre la ola soberanista. Esto lo coloca al margen de la crisis, al decir que es culpa de Madrid y no de su gestión.

-¿De algo así habla en La comunidad ensimismada?

-En el libro hablo de una comunidad incapaz de darse cuenta de que Cataluña se parece muchísimo a España. La mayor parte de los problemas que hay en España tiene su correlato en Cataluña.