El PSC apela a los indecisos y a sus votantes tradicionales

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Pablo Iglesias se ha volcado en la campaña de Sí que es Pot.
Pablo Iglesias se ha volcado en la campaña de Sí que es Pot. Jesus Diges | EFE

Catalunya Sí que es Pot pierde fuelle al no haber casi espacio para el debate social

23 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El PSC y Catalunya Sí que es Pot, que agrupa a ICV y Podemos, se disputan al electorado situado en la franja que va del centro-izquierda -con permiso de Ciudadanos- a la izquierda y que no apuesta por una declaración unilateral de independencia. El 27S será también un primer asalto del combate por la hegemonía en ese espectro entre las formaciones que lideran Pedro Sánchez y Pablo Iglesias de cara a las generales.

PSC

Descenso en las encuestas. El promedio de la veintena de encuestas publicadas este mes otorga al PSC entre 14 y 15 escaños, 18 en el mejor escenario y 10 en el catastrófico. En cualquier caso, continuaría la caída libre de los socialistas catalanes, que hace tres años cosecharon los peores de su historia con 20 diputados y el 14,4 % de los votos. Muy lejos quedan las victorias de Pasqual Maragall en 1999, pese a que gobernó Jordi Pujol, y en el 2003, cuando logró la presidencia al frente del tripartito, cargo que revalidó José Montilla en el 2006. Con Miquel Iceta al frente, el PSC se ha recompuesto tras las divisiones internas que le desangraron, con la salida de los representantes de una de sus dos almas, la soberanista, pero sus expectativas son pobres.

La estrategia

Los socialistas confían en la remontada. Los socialistas confían en que la campaña de Iceta, que ha destacado en los debates televisivos, aunque no tanto como con sus bailes, le sirva para remontar. Su reto es movilizar a los indecisos, que según la encuesta de Sondaxe para La Voz seguían siendo el 25 % a dos semanas de la cita electoral , y a los abstencionistas ante el órdago independentista. Apelar directamente a esos votantes que se han decantado tradicionalmente por el PSOE en las generales, pero se quedan en casa en las autonómicas. Tras las ambigüedades que le han caracterizado en los últimos tiempos, el PSC se presenta ahora con un no rotundo a la independencia, lo que pretende hacer valer ante Catalunya Sí que es Pot, coalición a la que acusa de no tener un mensaje claro en este asunto capital. Frente a su gran otro rival, Ciudadanos, ofrece una reforma constitucional en sentido federal que reconozca a Cataluña como nación. Aquí discrepa con Sánchez, que solo aboga por reconocer su singularidad. Según el CIS, el 14,5 % de sus votantes se marcharían a la formación de Albert Rivera y otro 14,1% a la coalición de izquierdas. En esta ocasión el PSC, siempre celoso de su autonomía, se ha entregado a Sánchez para tratar de atenuar el anunciado desastre en las urnas. Iceta quiere de que se visualice que, frente al inmovilismo de Rajoy, la única vía de salida factible al callejón sin salida es la reforma constitucional y él tiene un interlocutor para llevarla a cabo si el secretario general del PSOE llega a la Moncloa. El hecho de que sacara una gran bandera española en uno de sus mítines va en esa línea de contrarrestar el auge de Ciudadanos.

Catalunya Sí que es Pot

Descenso en las encuestas. La lista apoyada por Podemos no está cubriendo las altas expectativas que despertó tras el éxito de Ada Colau en Barcelona y con el tirón de Iglesias. Las encuestas le dan entre 15 y 16 escaños y el 12 % de los votos, compitiendo con el PSC como tercera fuerza pero claramente por detrás de Ciudadanos. Sería un resultado decepcionante, ya que en el 2012 Iniciativa per Catalunya y sus aliados sacaron 13. Sí que es Pot está tratando de llevar la campaña a su terreno, el debate social y la denuncia de las políticas de ajuste de Artur Mas, pero le está siendo casi imposible escapar de un marco en el que el independentismo lo ocupa todo. La falta de carisma de su candidato, Lluís Rabell, que ahora dice no a la declaración unilateral pero votó un doble sí en la consulta del 9N, y la heterogeneidad de los componentes de la coalición, en la que hay notorios independentistas, están pinchando un tanto el globo.