Dos visiones antagónicas ante el 27S

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño LA VOZ EN BARCELONA

ESPAÑA

A la izquierda Jodri Sánchez, presidente de Assemblea Nacional Catalana, y a la derecha Josep Ramón Bosch, presidente de Societat Civil Catalana.
A la izquierda Jodri Sánchez, presidente de Assemblea Nacional Catalana, y a la derecha Josep Ramón Bosch, presidente de Societat Civil Catalana.

Los líderes de las dos principales plataformas ciudadanas surgidas al calor de estas elecciones, la Assemblea Nacional Catalana, principal promotora de la independencia, y Societat Civil Catalana, impulsora de la permanencia en España, explican sus argumentos a La Voz de Galicia a solo cuatro días de unos comicios cruciales

23 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El independentista se llama Sánchez y el españolista se llama Bosch. Es solo una paradoja más del laberinto catalán. Los líderes de las dos principales plataformas ciudadanas surgidas al calor de estas elecciones, la Assemblea Nacional Catalana, principal promotora de la independencia, y Societat Civil Catalana, impulsora de la permanencia en España, explican sus argumentos a La Voz de Galicia a solo cuatro días de unos comicios cruciales.

Jordi Sánchez, presidente de Assemblea Nacional Catalana
«Hubo un agravio continuo del Estado y la gente ha dicho basta»Jordi Sánchez, presidente de Assemblea Nacional Catalana

Sánchez define la Assemblea Nacional Catalana como una organización «transversal y apartidista» cuyo objetivo es conseguir la independencia, incrementar al apoyo social a esa causa y ser el «motor en la calle» de la movilización ciudadana.

-¿Cómo se ha llegado a esto? ¿Quién es el culpable de este conflicto?

-No hay culpables, sino una evolución de un desencuentro en el que el Estado no ha sabido encajar una realidad plurinacional. Ha habido un cúmulo de despropósitos y un agravio continuado en déficit de infraestructuras e inversiones. La gente ha dicho basta ya. El otro elemento es el menosprecio al autogobierno cuando se cepillan el estatuto.

-¿Es posible todavía el acuerdo político o solo cabe ya la independencia?

-La única opción es que la ciudadanía se exprese. El Estado se ha negado sistemáticamente a cualquier alternativa democrática y la gente ha decidido tomar el camino directo. En Cataluña, la mayoría no espera ya una propuesta de reforma constitucional ni de mejoras. Ese es un debate que ya caducó en Cataluña.

-¿Se puede ser catalán dentro de España?

-No se ha permitido desarrollar con plenitud la ciudadanía en Cataluña ni el potencial de autogobierno y crecimiento.

-¿Y se puede ser español en Cataluña?

-En Cataluña el independentismo no tiene una base identitaria fuerte, como el nacionalismo de los ochenta. No se basa en la identidad, sino en las oportunidades de crear futuro y cohesión social. Hay quienes se identifican con la roja en el fútbol y son independentistas. Si Cataluña llega a constituirse como Estado, a nadie se le va impedir tener doble nacionalidad.

-¿Hay en este momento un problema real de convivencia en Cataluña?

-Eso es cosa de los políticos y los medios. No ha habido ningún enfrentamiento en las calles ni tensión. Y la gente usa la lengua que le da la gana. Los alumnos catalanes salen con un nivel de castellano superior al que salen en otras comunidades. No hay un problema formal.

-¿Se puede declarar la independencia con media Cataluña en contra?

-Sí. Otras sociedades ya lo han resuelto. En Escocia o Quebec es lo que estaba previsto. Si en el futuro una mayoría decide hacer reversible la independencia, se debería acatar también.

-¿Si la mayoría rechaza la independencia, seguirán exigiéndola?

-¿Pero cómo se mide esa mayoría? La del sí es muy clara. Junts pel Sí y la CUP. Pero todos los que no voten a Junts pel Sí y la CUP no son el no. Los del no son PP, Ciutadans y el PSC. Esos son los que se deben contraponer. Y después está Catalunya sí que es Pot, en donde hay gente independentistas y otros que lo que quieren es solo que la gente decida.

-¿Si ganan los independentistas aplicarán el programa económico liberal de CDC o el de izquierda de ERC y las CUP?

-Eso explica la excepcionalidad de este proyecto. No sirve para gobernar el futuro. Sería como un gobierno de concentración para lograr la independencia.

-¿Ese período de excepcionalidad no podría lastrar la economía de Cataluña?

- Si la excepcionalidad dura cuatro años o más, sí. Pero si se plantea en un período de 18 o 24 meses, no, porque habrá acuerdos de mínimos sobre los que gobernar.

Josep Ramón Bosch, presidente de Societat Civil Catalana
«Ha existido una manipulación histórica del pasado de Cataluña»Josep Ramón Bosch, presidente de Societat Civil Catalana

Bosch explica que Societat Civil Catalana nace como «reacción al proceso separatista», pero ahora ya no es un movimiento reactivo, sino activo, que no solo rechaza la independencia, sino que propone «estar juntos y mejor» en España.

-¿Cómo se ha llegado a esto? ¿Quién es el culpable de este conflicto?

-Ha existido una manipulación histórica del pasado de Cataluña utilizada por un grupo reducido de separatistas para presionar sobre CDC, envuelta en la corrupción. Y CDC decide cabalgar un tigre que ha empezado a dar zarpazos con el no entendimiento de los gobiernos centrales del encaje de Cataluña en España.

-¿Es posible todavía el acuerdo político o todo debe seguir como hasta ahora?

-Que todo quede como está es inviable. Hay una ruptura por parte de un porcentaje muy alto de catalanes. Y con amenazas no se consigue que vuelva el amor a España. Hay que reconstruir puentes. Será cosa de varias generaciones.

-¿Se puede ser catalán dentro de España?

-Sí. Decir lo contrario es una falsedad, porque España no es Castilla, es Cataluña también. Antes de ser catalanes, ya éramos españoles. Otra cosa es que en el tema de la lengua catalana deba haber un reconocimiento en la Constitución y se pueda hablar catalán en el Congreso y en otras zonas distintas a Cataluña.

-¿Y se puede ser español en Cataluña?

-En Cataluña hay una democracia imperfecta. Un señalamiento al disidente. Estamos sufriendo campañas de satanización, llamando de extrema derecha o franquista a cualquiera que esté en contra del separatismo, que es muy reciente. Hay miedo a salir del armario, y los que lo hemos hecho hemos recibido fuerte.

-¿Hay en este momento un problema real de convivencia en Cataluña?

-No. Hay una convivencia pacífica, e incluso modélica. Aunque últimamente hay tensión y señalización con el dedo, insultos, malas caras, se debe a la proximidad de las elecciones y debe volver a bajar.

-¿Pueden negarse cambios con la mitad de Cataluña pidiendo la independencia?

-No. Claro que no. Pero en Societat Civil conviven muchas sensibilidades, autonomistas, federalistas y confederalistas. Y otros que desearían que Cataluña devolviera competencias al Estado. Pero no podemos seguir en la misma situación.

-¿Si ganan los no independentistas se acabó el problema secesionista?

-El problema no se resuelve el 27 de septiembre. Gane quien gane, el problema sigue encima de la mesa. Hay que dar argumentos y explicar que Cataluña dentro de España tiene muchas cosas positivas.

-Si gana el independentismo y sigue con el proceso, ¿que habría que hacer?

-No soy jurista, pero el Estado, además del artículo 155, tiene otros instrumentos, aunque sería deseable que no fuera necesario aplicarlos.

-¿Es posible una alternativa en la que PP, Ciudadanos, el PSC y hasta Catalunya sí que es Pot se pongan de acuerdo?

-La política es el arte de gobernarse. Hemos visto en Grecia como Syriza se alía con la derecha nacionalistas. Hay una posibilidad de alternancia no separatista. El votante de Catalunya sí que es Pot es en su inmensa mayoría partidario de la unidad de España. Lo ha dicho Pablo Iglesias, que es su líder natural.