Rajoy apela al «sentido común» para frenar el reto independentista

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

ALBERT GEA | Reuters

Considera que es un factor de incertidumbre que puede dañar la economía

09 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La independencia tendría un gran coste económico para Cataluña. Este es el mensaje que están lanzando el Gobierno y la cúpula empresarial ante las trascendentales elecciones catalanas del 27S. El lunes, dos significados empresarios catalanes, el presidente de la CEOE, Joan Rosell, y el de la Cámara de Comercio de España y presidente de Freixenet, José Luis Bonet, advirtieron de que la «secesión tendría consecuencias muy importantes en la actividad económica de Cataluña», que se traducirían en menos inversiones, menos empleo, caída de los salarios y, en consecuencia, peores condiciones de vida para los catalanes.

Golpe a la recuperación

Mariano Rajoy, en una nueva visita a Cataluña, en esta ocasión a la fábrica de Seat en la localidad barcelonesa de Martorell tras la que hizo el sábado a Lloret de Mar y Badalona, apeló al «sentido común» de los españoles para despejar las incertidumbres políticas que, en su opinión, son el único riesgo que tiene por delante la economía española. Dicho esto a tres días del inicio de la campaña electoral supone un llamamiento a los catalanes para frenar el desafío independentista liderado por Artur Mas, porque si logran la mayoría absoluta en las urnas tendría graves efectos para la recuperación.

Rajoy está decidido a echar toda la carne en el asador en las que son las elecciones catalanas más importantes de la historia. Si su presencia en la precampaña está siendo frecuente, esta aumentará en la campaña que comienza el viernes. El desafío de los independentistas no tiene precedentes y el PP corre el riesgo de perder la mitad de sus escaños en el Parlamento catalán, según las últimas encuestas.

Rajoy explicó que no ve riesgos en la economía, pero «en todo caso las incertidumbres están en el campo de la política, que es el mayor problema». No precisó a qué se refería, pero está claro que el órdago secesionista es el factor de incertidumbre más fuerte al que se enfrenta el Estado. También era una clara alusión a lo que ha venido repitiendo en sus últimas intervenciones, el desastre que supondría una alianza entre los socialistas y Podemos, que ha dado por hecha si tienen suficientes escaños para concretarla. Para el jefe del Ejecutivo, el independentismo y el populismo son las dos amenazas que se ciernen sobre la economía española, una vez que se ha dejado atrás la crisis. Dado que se trataba de una visita oficial como presidente del Gobierno y no como líder del partido, Rajoy no quiso ir más allá.

«Ha llegado la etapa en que más que nunca hace falta el sentido común», afirmó Rajoy. Un mensaje que se complementa con otros que están lanzado las instituciones del Estado, que se dirige al votante moderado, nacionalista o no, que está muy preocupado por las consecuencias negativas de la secesión, como los elevados costes de la separación (39.000 millones, según reconoce el programa de Junts pel Sí) o la salida de la Unión Europea, que dos de los máximos dirigentes europeos, la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, David Cameron, han dado por hecha.

Duran afirma que la independencia llevaría a Cataluña a largos años de sacrificios

Torpedo en la línea de flotación de Artur Mas por parte de su antiguo socio. El líder de UDC, Josep Antoni Duran Lleida, descartó que sea viable un hipotético Estado catalán y, en cambio, remarcó que el diálogo entre Cataluña y el Estado «nunca llega tarde», aunque debe haber personas dispuestas a practicarlo. El dirigente democristiano discrepó del presidente en funciones y líder de CDC, Artur Mas, sobre la viabilidad de un Estado catalán independiente. Duran advirtió de que este proyecto no es posible porque, a su juicio, no hay una «mayoría amplia» y llevará a Cataluña a salir de la UE y la condenará a «largos años de incertidumbres económicas y sacrificios». «Es poner el país al borde del precipicio», añadió. Defendió que Cataluña está en la UE «por España», por lo que aseguró que si se independizara, no existiría la razón por la que pertenece a la Unión.

Con las botas puestas

El líder de UDC, quien ha dicho que «morirá con las botas puestas del diálogo», insistió en la vía del entendimiento, que ve posible porque ya se lograron pactos tras la muerte de Franco y actualmente estamos «en mejores condiciones» que entonces.

En esta línea, incidió en que «el diálogo nunca llega tarde, pero debe haber personas dispuestas» a practicarlo. Duran ha apostado por una disposición adicional en la Constitución que garantice el reconocimiento de la identidad de Cataluña y arregle los problemas de financiación.