Barcelona se queda fuera del grupo de municipos independentistas

c. r. barcelona / colpisa

ESPAÑA

08 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El pleno del Ayuntamiento de Barcelona rechazó ayer su adhesión a la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), la entidad que agrupa a todos los consistorios catalanes que trabajan por la secesión. La votación estaba impulsada por Convergència, Esquerra y la CUP, que sumaron 17 votos a favor. Los 12 regidores del PSC, PP y Ciudadanos votaron en contra, mientras que los 11 concejales de Barcelona en Comú, incluida la alcaldesa Ada Colau, y uno de Unió se abstuvieron. Aunque en la votación hubo más votos a favor del ingreso en la AMI que en contra, los estatutos de la entidad estipulan que para que un consistorio pueda formar parte de la asociación lo tiene que decidir el pleno por mayoría absoluta. Los secesionistas. por tanto se quedaron a cuatro votos.

A 20 días de las elecciones y a cuatro del inicio de la campaña, los tres partidos secesionistas forzaron la votación para obligar a Ada Colau a tomar postura sobre la independencia y buscar las contradicciones internas de Barcelona en Comú, que tiene diferentes sensibilidades. La alcaldesa, que no participará el viernes en la manifestación de la Diada, marcó distancias con el independentismo y criticó la votación por «partidista y electoralista», según señaló el concejal de su grupo, Jaume Asens. En cualquier caso, puntualizó que el compromiso del partido que gobierna es impulsar una consulta ciudadana para que los barceloneses decidan si quieren formar parte de AMI. Colau, que solo intervino al final del pleno, concluyó que hubo más votos a favor que en contra, pero que no se dan los 21 votos necesarios según los estatutos. «Recogemos el resultado, no damos por cerrado el tema», tras las elecciones veremos cómo se le «da salida», comentó la alcaldesa.

Miembro observador

Desde la AMI desean ahora que Barcelona se incorpore no como miembro de pleno derecho, sino como miembro observador, un subterfugio para mitigar la decepción que para el soberanismo supone no poder contar con la capital de Cataluña para el proceso hacia la secesión. Se da la circunstancia de que Convergència, durante los cuatro años que estuvo al frente del poder en Barcelona (2011-2015) no impulsó la adhesión de la ciudad en la AMI, ya que necesitaba los votos del PP para sacar adelante proyectos de infraestructuras, y ahora que está en la oposición sí lo ha hecho.