Cifuentes y Aguirre reaccionan para reducir el impacto del escándalo de la Púnica

Paula de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Emilio Naranjo | EFE

La presidenta de Madrid anuncia que su Gobierno se personará en la causa, y la líder del PP regional, que exigirá dimisiones

29 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Nadie lo oculta. El levantamiento parcial del sumario de la operación Púnica a pocos meses de las elecciones generales, justo cuando el Partido Popular creía estar recuperando expectativas de voto, ha abierto una vía de agua a la estrategia de Mariano Rajoy y tanto la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, como la líder del PP en la región, Esperanza Aguirre, se esforzaron ayer por taponarla.

Cifuentes anunció que su Gobierno se personará como acusación particular en la causa que instruye la Audiencia Nacional. La presidenta autonómica adujo que, puesto que aparentemente, se ha producido un daño patrimonial a la comunidad y dado que su «obligación» es defender el interés general de los madrileños, su Ejecutivo está «legitimado» para dar ese paso.

Aguirre, por su parte, avanzó que hoy, en el comité de derechos y garantías de la formación, pedirá que se expulse al exdiputado y exalcalde de Valdemoro, José Miguel Moreno, que en una conversación telefónica con el supuesto cabecilla de la trama, el empresario David Marjaliza, ironizó sobre el motivo por el que se hizo parlamentario: «Para tocarme los cojones», dijo. «No me basta la suspensión de militancia», sentenció la dirigente popular.

Con estos gestos, tanto una como otra tratan de parar el golpe. Pero el escándalo aún puede colear y crear a ambas serios quebraderos de cabeza. En su declaración ante el juez Eloy Velasco, Marjaliza implicó al actual consejero regional de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio, Jaime González Taboada. Y no hay que descartar tampoco la imputación del director del comité electoral del PP madrileño, Borja Sarasola.

Cifuentes reiteró que tiene confianza «absoluta» en Taboada y adujo que se fía más de su palabra que de la de un «presunto delincuente» como Marjaliza. Además recordó que su consejero ha interpuesto una denuncia por un delito de injurias y calumnias contra el empresario. «Si en algún momento se demuestra, que creo que no va a ocurrir -matizó-, que él o cualquier otro miembro de mi Gobierno ha tenido participación en cualquier asunto que tenga que ver con corrupción yo seré la primera en exigirle su dimisión y que asuma las consecuencias».