Revilla, un «apasionado» de la «tierruca» que regresa a la Presidencia

Pilar Palazuelos EFE

ESPAÑA

Esteban Cobo | EFE

Se convierte en el presidente autonómico de más edad entre los de las 17 autonomías españolas

03 jul 2015 . Actualizado a las 18:26 h.

El regionalista Miguel Ángel Revilla encara su tercera legislatura como presidente de Cantabria decidido a cerrar de la mejor forma posible una carrera política de casi 40 años, de la que destaca su entrega a una tierra que le «obsesiona» y le «apasiona» y cuyas bondades seguirá pregonando por doquier.

Porque, fuera de su 'tierruca', este político -natural del municipio cántabro de Polaciones, donde nació el 23 de enero de 1943- pretende seguir siendo el de «Cantabria me pone», el difusor de lo cántabro -con sus inseparables anchoas- y el político cercano que usa el taxi para ir a La Moncloa. Revilla, en este caso con un Ejecutivo bipartito en minoría (PRC-PSOE), es plenamente consciente de la responsabilidad que asume, en un momento que ve «complicado» pero para el que promete tratar de cumplir las expectativas.

Su vuelta al Gobierno, que le ha obligado a suspender el viaje que prometió a su mujer Aurora a la isla de La Graciosa (Canarias), se vive en su casa con normalidad, porque los suyos están acostumbrados a su entrega a la política. De hecho, su hija Lara, la menor de las tres que tiene, es la que está más ilusionada de que su padre vuelva a ser presidente de Cantabria, aunque un viaje de estudios no le va permitir estar la próxima semana en el acto en el que Revilla tomará posesión del cargo.

A sus 72 años, Miguel Ángel Revilla Roiz se convierte en el presidente autonómico de más edad entre los de las 17 autonomías españolas. Tiene una larga trayectoria política a su espalda que comenzó en 1976, cuando fundó junto con otros regionalistas la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC), precursora del PRC, su partido.

Revilla, economista de profesión, asegura que ésta es la última vez que ha concurrido a unas elecciones, aunque quienes le rodean atestiguan que está en plena forma y que «parece que le dan cuerda». Se define a sí mismo como un hombre «cercano» a quien la responsabilidad en el Gobierno no le cambiará, y ya ha manifestado en su investidura que quiere renunciar a la escolta porque su deseo es hacer una vida «normal».

Las personas de su entorno le consideran leal y «cero rencoroso», y como ejemplo ponen la relación que mantiene con el expresidente Juan Hormaechea, a quien llama de vez en cuando, y que fue una de sus 'bestias negras' en la política.

Entre sus aficiones están conversar con la gente, pescar y salir al monte a coger setas cuando es época, y no descarta seguir acudiendo a la televisión siempre que le inviten porque cree que con ello seguirá promocionando a Cantabria.

En esas visitas a los platós Revilla ha ampliado su círculo de amigos, entre ellos el periodista Jesús Cintora, que le considera «casi como un padre» y piensa que la gente ve a este cántabro como un político «honrado». Cintora cuenta incluso algunas anécdotas de Revilla, como que lleva pan en el maletero del coche para alimentar a los gatos y que mientras conduce escucha y canta canciones de su tierra.

Lo que está por ver es si Revilla volverá a coger otro taxi para ir a La Moncloa, pero seguro que sí que continuará con sus comentarios desenfadados y sin pelos en la lengua, como aquel «Cantabria me pone, España también» que pronunció en el Senado en 2005. Revilla sí dejará de lado -al menos mientras es presidente- su vertiente de escritor, a pesar de que ya tenía en mente su cuarto libro, que pensaba comenzar en un viaje a La Graciosa que, por ahora, no va a poder conocer.