El PSOE controlará el 40 % del gasto autonómico, y el PP, solo el 27 %

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Los pactos o apoyos en cada comunidad

Los socialistas vuelven a ser el partido con más poder territorial

03 sep 2015 . Actualizado a las 19:03 h.

El nuevo mapa autonómico surgido del 24M, prácticamente cerrado ya a falta de lo que suceda en Asturias, confirma el batacazo del PP, que solo gobernará en cinco de las once comunidades que tenía, mientras el PSOE lo hará en siete y, además, formará parte de los ejecutivos cántabro y canario. Las autonomías socialistas manejarán un gasto de 68.000 millones de euros, el 40 % del total, por 45.000 millones de los populares, que equivale al 27 %. El presupuesto del que disponen las 17 comunidades para este año supera los 166.000 millones. Hay que tener en cuenta que más del 90 % del gasto en educación y sanidad depende de las comunidades autónomas y que supone más el 60 % del que gestionan.

PP

Madrid, la joya de la corona. Los populares perdieron todas sus mayorías absolutas el 24M, pero se mantuvieron como la fuerza más votada en nueve comunidades autónomas, de las que solo ha podido retener cuatro, a las que se suma Galicia, donde al igual que en Cataluña y el País no se celebraron elecciones. Ciudadanos ha facilitado la investidura de sus candidatos en Madrid, Castilla y León, Murcia y La Rioja. Su joya de la corona es la Comunidad de Madrid, la tercera con más presupuesto, después de Cataluña y Andalucía, donde Cristina Cifuentes fue investida con un voto más que la suma del PSOE y Podemos. Perder esta comunidad habría sido una catástrofe para el PP.

PSOE

Gana mucho poder autonómico gracias a Podemos. A pesar de sus discretos resultados, ya que solo ha sido el partido más votado en Andalucía, Extremadura y Asturias, los socialistas logran un poder autonómico similar al que consiguieron en los tiempos de Felipe González en los años noventa, con siete comunidades en su poder, a falta de que se confirme la investidura de Javier Fernández en Asturias. Los pactos de investidura con Podemos son decisivos para desalojar del poder al PP en Aragón, Baleares, Castilla La-Mancha, la Comunidad Valenciana y Extremadura. Teniendo en cuenta que Pablo Iglesias dejó claro ayer que la estrategia de su partido de cara a las elecciones generales es superar al PSOE, se prevé que los presidentes socialistas tendrán difícil gobernar. El rechazo a apoyar a Fernández en el principado y la calificación como «mal menor» que hizo Pablo Echenique del pacto que facilitará la investidura en Aragón de Javier Lambán muestran las turbulencias entre las dos formaciones políticas a solo cinco meses de la cita con las urnas.

Podemos y Ciudadanos

Solo bisagras para la investidura. Las fuerzas emergentes se han tenido que conformar con hacer el papel de bisagra de populares y socialistas, aunque sin entrar en ningún gobierno. Con su apoyo a Susana Díaz, Ciudadanos reafirmó su estrategia de decantarse por la lista más votada y justificó su decisión de respaldar a Cifuentes, aunque en el caso de Andalucía no había ninguna alternativa al gobierno socialista y en Madrid sí al popular. Por su parte, Podemos no logró ser la segunda fuerza más votada en ninguna comunidad autónoma y su objetivo ha sido desalojar al PP.

Deuda

67.000 millones de herencia recibida. Los nuevos presidentes socialistas de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Aragón, Extremadura y Baleares recibirán una deuda de sus antecesores del PP de más de 67.000 millones de euros. Alberto Fabra deja más de la mitad, 37.000 millones, seguido por María Dolores de Cospedal, con cerca de 13.000. Durante los cuatro años de gestión de los barones populares la deuda ha crecido un 90 %.

Por su parte, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya ha advertido a los nuevos gobiernos municipales que no disparen el gasto porque deben ajustarse a la ley de estabilidad presupuestaria, lo que es extensible a las comunidades autónomas. Además, ha amenazado a tres, Extremadura, Comunidad Valenciana y Aragón, hasta ahora gobernadas por el PP y que han pasado a los socialistas, con suspenderles la financiación por acumular serios retrasos en el pago a sus proveedores.

Todavía sin acuerdo en Asturias

La única comunidad donde no se ha cerrado un acuerdo es Asturias, a pesar de que en principio parecía que no habría dificultades para que el socialista Javier Fernández repitiera como presidente con el apoyo de Podemos e IU. Pero la formación morada no está dispuesta a facilitar su investidura y va a presentar su candidato, Emilio León. Todo indica que los 14 escaños del PSOE serán suficientes para que Fernández sea presidente, con la probable abstención de IU. Su portavoz, Gaspar Llamazares, ha hecho un llamamiento para alcanzar un acuerdo programático de la izquierda, como en otras comunidades. «Da la impresión de que para Podemos, Asturias y Andalucía son una suerte de hecho singular», se lamentó.

Los partidos emergentes fuerzan a los dos grandes a tomar medidas

Los acuerdos que se preveían la misma noche electoral se han materializado todos. No ha habido sorpresas. Lo que sí han existido son tiras y aflojas más intensos de lo previsto por las exigencias de las nuevas fuerzas políticas en las conversaciones. Reforma de la ley electoral, limitación de mandatos, fondos de rescate ciudadano, expulsión de imputados, medidas contra los desahucios, reformas para evitar los cortes de luz y agua, entre otros, formaron parte de las negociaciones para formar gobierno. Una terminología impensable hace solo un año y que a los partidos tradicionales les ha costado asimilar.

El PP pagó el precio más alto en sus negociaciones con Ciudadanos. Un presidente, el de La Rioja, Pedro Sanz, se fue a casa para no gobernar en minoría; cuatro altos cargos, entre ellos el delegado del Gobierno, tuvieron que dimitir en Murcia por su relación con casos de corrupción; en Madrid dos consejeros del Gobierno autonómico tomaron el mismo camino por idéntico motivo; y en Castilla y León la prescindibilidad numérica del partido naranja evitó decisiones drásticas. Los socialistas no tuvieron que tomar medidas similares en sus contactos con Podemos y los nacionalistas, pero debieron asumir cargas programáticas que no figuraban en sus manifiestos electorales.

En minoría

La entrada en escena de las organizaciones de Pablo Iglesias y Albert Rivera no se va a reflejar, sin embargo, en caras nuevas en los gobiernos. No van a entrar en ningún ejecutivo autonómico, y sus apoyos se limitan a la investidura previa asunción de sus demandas en la mesa de negociaciones. De esta forma, las 13 autonomías que fueron a las urnas tendrán seis presidentes socialistas, cuatro populares, y tres nacionalistas o regionalistas.

Otra consecuencia de esta estrategia es que los gobiernos serán débiles. Salvo en Canarias, donde gobernará una coalición mayoritaria de nacionalistas y socialistas, el resto de ejecutivos serán minoritarios. Quedarán, por tanto, al albur de las contingencias de la legislatura y sometidos a la amenaza de las mociones de censura, un riesgo que se acrecentará a medida que se acerque el final del mandato de cuatro años. Solo quedan cinco meses para las elecciones generales, que también se jugarán en el tablero de las comunidades autónomas, donde cada partido trazará su estrategia.