Iglesias desprecia a IU, pero hace un guiño a las mareas

Paula de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

BENITO ORDOÑEZ

Solo acepta candidaturas de unidad en zonas, como Galicia, con fuerzas muy consolidadas

18 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Pablo Iglesias desoyó ayer nuevamente los llamamientos del aspirante de Izquierda Unida a la Moncloa, Alberto Garzón, para una confluencia de fuerzas de izquierda de cara a las elecciones. El líder de Podemos dijo que IU es «un proyecto político agotado» y señaló que su estrategia para las generales pasa por intentar aprovechar el impulso de las fuerzas que triunfaron en las municipales en territorios clave como Cataluña, la Comunidad Valenciana y Galicia.

«Me gustaría apostar por fórmulas en las que Podemos se pudiera encontrar con otros sectores políticos en el marco de unidad popular», dijo en Radio Nacional. Si sale bien, el movimiento le permitiría lograr el máximo rendimiento para sus siglas con el mínimo esfuerzo. Solo la provincia de Barcelona, en cuya capital la candidatura liderada por Ada Colau obtuvo el 25,21 % de los votos, aporta 31 de los 350 escaños al Congreso; la Comunidad Valenciana, en la que Compromís obtuvo un 15,26 % del voto total en los comicios locales, 33; y Galicia, donde las mareas en las que confluyeron Podemos, IU y Anova consiguieron importantes ayuntamientos, elige 23 diputados.

Se trata además de tres autonomías en las que, como subrayó el propio Iglesias, existe un fuerte componente identitario. Fuerzas como Compromís, Iniciativa per Catalunya y Anova han logrado trabar una estructura orgánica suficientemente sólida conjugando el sentimiento nacionalista con el discurso progresista y social. El secretario general del nuevo partido, siempre ambiguo en lo que a esas cuestiones se refiere, argumentó que Podemos es una fuerza «plurinacional» que tiene que reconocer «las particularidades de algunos territorios» y que no vería mal que en esas tres comunidades la papeleta de su partido fuera «Podemos-otra cosa», aunque no aclaró más sobre qué es lo que habría que «reconocer».

En el resto de circunscripciones, en principio, Podemos concurrirá con su propia marca, sin más. Desde luego, no en alianza con IU. En eso, Iglesias fue tajante. Invitó a quienes lo deseen a pasarse a sus filas, pero avisó de que no rescatará a la vieja formación. «Quien pretenda decir ?nos hemos equivocado, y vamos a intentar salvar los muebles llegando a un acuerdos con unos para que renuncien a sus siglas??. no, mire usted -les advirtió-, vamos a trabajar por la unidad popular y eso implica confluir con la gente, no acuerdos entre cúpulas de partidos».

Aun así, Garzón no tira la toalla. De hecho, en los pasillos del Congreso insistió en que sigue viendo margen para que Iglesias reconsidere su negativa a conformar una lista de unidad sin la marca Podemos porque, según él, es lo que piden muchos militantes de la formación. E insistió en que su objetivo es lograr una confluencia de todas las fuerzas sociales y movimientos políticos que creen que ha llegado el momento de protagonizar un cambio histórico en España; una confluencia necesaria, a su entender, si de verdad se quiere vencer a «las políticas del bipartidismo».