Del 15M a Podemos, cuatro años después

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

La Puerta del Sol el día 18 de mayo del 2011
La Puerta del Sol el día 18 de mayo del 2011 J.J. Guillén | EFE

Bajo el lema «No nos representan», miles de personas salieron a la calle como resultado del descontento social provocado por la crisis. A las puertas de las municipales del 2011, fue el germen del actual contexto político

15 may 2015 . Actualizado a las 14:07 h.

Hace cuatro años, 1460 días, la Puerta del Sol se convertía el 15M en el epicentro de un descontento social que llevaba instalado en la sociedad española desde el inicio de la crisis allá por el año 2008. Los apodaron los «indignados» -inspirado en el libro de Stéphane Hessel-, se plantaron y comenzaron a acampar en el kilómetro 0 de la capital pero también en otras centenares de plazas de toda la geografía. Convocados por la plataforma «Democracia real ya» a través de Internet, aquellas protestas a una semanas de las elecciones municipales del año 2011 marcaron un antes y un después del actual contexto político. Fue el germen del fenómeno de Podemos y de todas las mareas que ahora, un ciclo electoral después, concurren a las que se celebran el próximo 24 de mayo.

Bajo el lema «No nos representan», el movimiento 15M no nació en la protesta del 15 de mayo. Esa jornada de protestas en toda España fue solo la eclosión de años de malestar. El descontento social por la crisis económica que golpeaba a España desde el 2008 había acarreado varias huelgas generales que confluyeron en la manifestación del 15 de mayo.

En un año marcado por la Primavera Árabe, miles de personas decidieron, además de protestas acampar en las distintas plazas donde habían terminado las manifestaciones. «Si ha funcionado en Reykjavik, en El Cairo o en Saná, ¿por qué no va a ocurrir en Madrid?», se preguntaba en aquellas fechas el rotativo italiano Il Corriere de la Sera.

Así, una de las imágenes más visibles de estos acontecimientos fue la que se dio a conocer como Acampada Sol. Pero no fue el único, aunque si el punto neurálgico de todas las concentraciones. En Galicia, en Vigo, Santiago, A Coruña, Lugo y Ourense, los manifestantes se congregaron movilizados través de las redes sociales, por diferentes colectivos ciudadanos en protesta por la situación política y social.

«No nos vamos», «Que no, que no, que no nos representan», «El pueblo unido jamás será vencido», «PSOE, PP, la misma mierda es», «Sin nosotros no sois nada», «Lo llaman democracia y no lo es», «Manos arriba, esto es un atraco», «Esta crisis no la pagamos» y «No es ilegal la voz del pueblo» fueron algunas de las consignas más coreadas por los asistentes y que cuatro años después siguen en la memoria colectiva del movimiento 15M.

Uno de los momentos de más tensión se produjo el 18 de mayo. A cuatro días de las elecciones, la Junta Electoral de Madrid se opuso directamente a esta acampanada. Sin embargo, aunque la policía informó de que estas manifestaciones no contaba con autorización administrativa, no se disolvieron porque la ley no amparaba esta medida. El por entonces vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, explicó que las Fuerzas de Seguridad del Estado sabían «lo que tienen que hacer» para hacer cumplir las leyes.

Los «indignados» gallegos, como en el resto de España, mantuvieron sus concentraciones en las plazas de las principales ciudades amenizadas con actividades lúdicas y culturales, pidiendo y defendiendo que se respete su derecho a la reflexión pues lo harán de forma pacífica e integradora. Así, tras semanas de acampadas y protestas, no fue hasta el 12 de junio cuando la asamblea en Sol decidió desalojar la plaza voluntariamente. «No nos vamos, nos expandimos», fue el lema con el que abandonaron la protesta después de 28 días y unas elecciones por el medio.

¿Qué pasó con el 15M?

Y siguieron. Y el mejor ejemplo son todos los nuevos partidos que concurren, justo cuatro años después, a otras elecciones municipales. El año 2013 fue el punto de inflexión para el movimiento 15M. Por aquellas fechas, el dilema fue si continuar siendo un movimiento social o convertirse en partido político. De la segunda opción surgieron sus hijos políticos: todas las mareas, el fenómeno Podemos, que ya lograron 5 escaños en el Parlamento Europeo y 15 diputados en las de Andalucía; la actividad de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), o el #15MpaRato.

A la espera de saber si logran o no consolidarse y lograr presencia política, uno de sus grandes logros ha sido «canalizar el malestar social para convertirlo en protesta colectiva y en la repolitización de la sociedad», señalaba el profesor de Ciencia Política Jaime Pastor, experto en movimientos sociales, con motivo del segundo aniversario del movimiento 15M. Y es que hace cuatro años casi nadie hablaba de transparencia, de la ley hipotecaria o de la ley electoral, y ahora están en el centro del debate. Los escraches, las diferentes mareas de colectivos afectados por los recortes o las acciones contra los desahucios han llevado su sello.