Un desbloqueo que impediría al PP sacar ventaja de la situación

G. B. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

En el avance de una negociación que parecía imposible para PSOE, Podemos y Ciudadanos ha pesado también la constatación de que eran los populares los que sacarían tajada de la situación

03 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La euforia por la victoria electoral, por el derrumbe del PP y por el resultado por debajo de las expectativas de Podemos, nublaron el análisis de los resultados realizado por Susana Díaz. La misma noche de los comicios, algunos veteranos dirigentes socialistas torcían el gesto ante el despliegue de triunfalismo de Díaz, que se apresuró a anunciar que gobernaría en solitario y sin pactar con nadie, despreciando así a todas las demás fuerzas, cuando necesitaba el respaldo de una o dos de ellas para ser presidenta. En circunstancias normales, con ese resultado habría tenido muy fácil gobernar, pero minusvaloró la presión a la que estaban sometidos Podemos y Ciudadanos, que corren un serio peligro de perder apoyos en las municipales y autonómicas si cierran un pacto que permita gobernar al PSOE.

Esa presión es la que ha llevado a los dos partidos revelación a endurecer al máximo sus exigencias, casi con la esperanza de que no fueran aceptadas para poder justificar así su decisión de no facilitar la gobernabilidad sin ser tachados por eso de irresponsables. Finalmente, Susana Díaz se pliega a casi todo, incluyendo el sacrificio de Chaves y Griñán.

Pero en el desbloqueo de una negociación que parecía imposible para los tres partidos, PSOE, Podemos, Ciudadanos, ha pesado también la constatación de que era el cuarto, el PP, el que estaba a punto de sacar tajada de esa situación. Los populares, con Rajoy a la cabeza, preparaban ya la estrategia de abstenerse finalmente en la votación de la investidura de Díaz, sin pedir nada a cambio, para dar así imagen de responsabilidad institucional y dejar a Podemos y Ciudadanos como irresponsables e incapaces de llegar a acuerdos de gobernabilidad. La jugada habría sido perfecta para el PP porque, de paso, habría dejado en situación muy comprometida a Díaz, que habría sido investida gracias al apoyo de su mayor rival político.

Ciudadanos ha decidido asumir el posible coste del pacto porque le permite sacudirse el estigma de que está destinado a dar apoyo al PP en las municipales, las autonómicas y las generales. Más complicado, y por ello presenta más resistencia, lo tiene Podemos que, de consumar el acuerdo, certificaría que su destino es pactar con el PSOE.