Feijoo pide autocrítica al PP por los «graves errores» en la financiación

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

BENITO ORDOÑEZ

«No lo hemos hecho de forma correcta, eso tiene pocas dudas», reconoce

09 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta ahora ningún dirigente lo había dicho. Tras el desastre electoral en Andalucía, Alberto Núñez Feijoo pidió autocrítica al partido y ayer la llevó a la práctica de forma contundente, al admitir que el PP cometió un «gravísimo error» en su financiación. «Probablemente por un vacío legal, probablemente porque desde la democracia tenemos pendiente la financiación de los partidos políticos, pero no lo hemos hecho de forma correcta, eso tiene pocas dudas y hemos pagado por ello, y es lógico, sobre todo porque hemos tenido personas que han utilizado la plataforma y las siglas de un partido para enriquecerse y no puede ser que durante tanto tiempo no lo las hayamos detectado», señaló. «Por lo tanto, claro que es un grave error, un gravísimo error, que nos ha costado y todavía nos costará mucho sufrimiento y muchas dudas sobre la honorabilidad de los cargos que en estos momentos dirigimos el partido», concluyó en una entrevista radiofónica al día siguiente de la celebración de la junta directiva nacional, en la que Mariano Rajoy llamó al partido a un cierre de filas de cara a las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo.

Autoexigentes y autocríticos

Posteriormente, el presidente de la Xunta señaló que esos errores no se pueden repetir y que, aunque su partido no se ha visto implicado en un caso como de los ERE de Andalucía, «no podemos fijarnos en lo que hacen los demás, eso no nos consuela, por eso vale la pena seguir siendo autoexigentes y haciendo autocrítica».

Hasta ahora, Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal y otros dirigentes han negado de plano la existencia de una caja B en el PP, contra lo que mantiene en sus autos el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, que atribuyen en todo caso al extesorero Luis Bárcenas. También han rechazado que el partido se haya financiado de forma irregular.

En la entrevista, Feijoo dijo que otro posible error es haber sido «poco sutiles y poco explicativos de lo que estábamos haciendo», en referencia a la política económica. Aunque, dijo, en el Gobierno y el partido consideraban que «todo el mundo lo veía», por ejemplo que a España «no se le dejaba dinero y que sin embargo hoy se financia gratis, o que destruía tres millones de puestos de trabajo en la última legislatura y en esta vamos a crear un millón». Reveló una conversación con Rajoy para explicar que el nuevo Gobierno del PP se encontró un país en una situación previa a la quiebra y que estaba al borde del rescate. En agosto del 2012, preguntó al presidente si España iba a ser rescatada, a lo que este le respondió que no lo sabía.

El PP, más abierto que nunca

Sobre el hecho de que nadie pidiera la palabra en la junta directiva nacional, un órgano compuesto por 600 miembros, afirmó que él «no ha vivido un PP más abierto y en el que la gente pueda participar diciendo lo que considere oportuno», en el que se discrepa y conviven «sensibilidades distintas». Asimismo, reiteró su «compromiso» con Galicia y aseguró que terminará la legislatura al frente de la Xunta y del PPdeG, aunque no quiso ir más allá. Contó que durante la reunión del martes bromeó con la secretaria general, diciéndole que estuvo a punto de llamarla en Semana Santa para preguntarle sobre cuándo hacían el traspaso de poderes. «Al principio me miraba con cara de sorpresa, pero nos reímos los dos porque en este momento es un disparate este tipo de planteamiento», afirmó.

Rajoy arremete contra Ciudadanos por su propuesta de «liquidar el AVE»

Mariano Cieza Moreno | EFE

La propuesta de Ciudadanos de frenar las inversiones en el programa del AVE y destinar así más dinero a I+D+i le está costando muchas críticas. El Gobierno y el Partido Popular han aprovechado para descalificar al partido emergente que, según las encuestas, está compitiendo por su mismo electorado y con el que podría tener que pactar tras las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo.

Mariano Rajoy arremetió contra la formación que lidera Albert Rivera por querer «liquidar los AVE» después de que en su día defendiera el rescate de España, lo que habría obligado a bajar las pensiones un 20 %, «como hicieron otros», en referencia a Grecia y Portugal. El presidente del Gobierno destacó que hoy ya nadie habla de la prima de riesgo ni de que el país necesite un rescate. «Solo lo dice uno que circula por ahí que quiere liquidar los AVE y dice que España tenía que haber sido rescatada», aseguró en referencia al experto económico de Ciudadanos Luis Garicano. «Les diré una cosa: qué fácil es hablar y qué difícil es gobernar», señaló el presidente.

Pastor defiende su rentabilidad

La ministra de Fomento, Ana Pastor, también criticó la propuesta de Ciudadanos y defendió la rentabilidad económica y social del AVE. «Cuando se habla de I+D se olvidan de que el sector ferroviario es uno de sus principales generadores, porque en este país se fabrican trenes para otros países, porque en España se desarrolla el mayor programa de investigación y desarrollo ferroviario de la UE y porque España es el primer país del mundo en despliegue del sistema de seguridad europeo ERTMS», afirmó.

En la misma línea se manifestó la consejera de Infraestructuras del Gobierno valenciano, Isabel Bonig, que criticó el «desconocimiento» de Ciudadanos sobre la importancia de las líneas de alta velocidad para la productividad y las empresas en la Comunidad Valenciana.

La posición de Garicano

Garicano señaló ayer que «a lo mejor» un rescate total para España «no habría sido del todo malo», aunque insistió en que «jamás» se lo propuso al presidente del Gobierno. «Hay muchas cosas que no se han hecho y con un poco más de empuje de Europa hubiéramos hecho más cosas», afirmó. En cuanto a su propuesta de frenar las inversiones del AVE, señaló que Ciudadanos no va a quitar lo que funciona, sino evaluar cada línea nueva. Además, explicó que su propuesta es terminar todas las obras que ya están aprobadas, pero no hacer ninguna nueva.