De sus palabras, indican fuentes del partido, se deducirá que no es momento de ajustes de cuentas internos por ver quién debe asumir la responsabilidad del debacle electoral en Andalucía
06 abr 2015 . Actualizado a las 13:11 h.Mariano Rajoy pedirá al más de medio millar de dirigentes que el martes asistirán a la reunión de la Junta Directiva Nacional, su máximo órgano entre congresos, un cierre de filas, que presenten ante la sociedad un PP unido para afrontar en poco más de un mes y medio unas elecciones determinantes, en las ponen en juego sus gobiernos en la mayor parte de los municipios y autonomías bajo la amenaza de un desgaste de las siglas, tras tres años de política impopular y múltiples escándalos de corrupción, y la irrupción de Ciudadanos. Con seguridad, indican fuentes del partido, no descenderá ni aludirá directamente al enfrentamiento público entre los partidarios de su número dos, Dolores de Cospedal, y de su amigo y vicesecretario de Política Local y Autonómica, Javier Arenas, pero de sus palabras sí que se deducirá que no es momento de ruidos internos ni de ajustes de cuentas por ver quién debe asumir la responsabilidad política por la debacle electoral del PP en los comicios andaluces.
Reclamará, de hecho, todo lo contrario a las trifulcas internas. Indicará que, ante lo incierto del resultado, el partido debe multiplicar su esfuerzo y concentrar sus energías en llegar hasta la población más pequeña con el mensaje de que son el único proyecto capaz de consolidar la recuperación económica y de acelerar la creación de empleo. Todos coinciden en que Rajoy no se plantea realizar a corto plazo cambios de calado en la dirección, como el relevo de Cospedal.