Una batalla interna en la que el partido se juega su futuro

G. B. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, es una de las figuras claves en la actual crisis de identidad del PP

02 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Está a tiempo Rajoy de cambiar de política económica de aquí a las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo? Obviamente no. ¿Qué es entonces lo que le reclaman con angustia los barones regionales y los candidatos municipales? Un cambio en las formas del Gobierno. Menos triunfalismo económico, más autocrítica y más cercanía con quienes sufren los recortes. Y un cambio en el partido, que pasa por el relevo de la secretaria general y de unos portavoces que, según la opinión de los críticos, han agravado la mala imagen del partido a ojos de los ciudadanos con una pésima gestión del caso Gürtel.

El batacazo en Andalucía ha acabado por convencer a Rajoy de que para ganar las elecciones no basta con que la economía mejore y de que es suicida seguir despreciando la amenaza que suponen partidos como Podemos o Ciudadanos, cuyo discurso cala mucho más en la sociedad que el del Gobierno. Y ahora está dispuesto a escuchar a quienes, como Feijoo, llevan tiempo advirtiendo del problema. En el PP hay una lucha abierta. Pero el líder del PPdeG está actuando, sin embargo, con mucha cautela en esta crisis. Es abiertamente crítico con la gestión de la secretaria general, pero no con la de Rajoy. De hecho, es uno de los que ha seguido más a rajatabla las políticas de austeridad defendidas por el presidente del Gobierno y comparte su oposición frontal a los nacionalistas y a las reivindicaciones soberanistas. Y en esos frentes, no busca cambios que le arrastrarían a él.

Feijoo, al que todos ven como una figura clave en el futuro nacional del PP, necesita que Rajoy dé un giro político y de comunicación si quiere mantener sus aspiraciones de cara al futuro. De lo contrario, quedará identificado con el inmovilismo y serán los más críticos los que se hagan con el control de partido en caso de fracaso en las elecciones generales. La situación en el PP es de tal incertidumbre que Feijoo duda entre la conveniencia de acelerar su traslado a Madrid para ser candidato en las generales y quedar bien situado en el Congreso de cara al relevo en caso de derrota, o confiar en que Rajoy consiga ser presidente de nuevo y esperar a que le llame para formar parte de su Gobierno.