El candidato de la formación de izquierdas, Antonio Maíllo, tendrá que poner en marcha a partir de hoy, si los números cuadran, su carácter dialogante
22 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Antonio Maíllo Cañadas (Lucena, Córdoba, 1966) está más acostumbrado a examinar a sus alumnos de secundaria, a los que lleva más de 20 años dando clases de latín y griego, que a ser él quien se examine ante los votantes. Pero hoy firmará el ejercicio más duro de una IU que se enfrenta al desafío de su propia supervivencia en Andalucía. En el 2013, llegó por sorpresa a coordinador de IU-LV-CA en sustitución de Diego Valderas y respaldado por el secretario general del Partido Comunista Andaluz, José Manuel Mariscal. Pero se ganó el apoyo de las corrientes de la organización, en parte, por su aparente falta de ambición política. Maíllo está muy alejado del candidato tipo de IU en Andalucía. Suave en las formas, aunque firme en la doctrina de la lucha de clases, muy culto y poco amigo de las estridencias. Además del griego y el latín, domina el inglés y el italiano. Si los números cuadran, desde hoy tendrá que poner en práctica otra de sus probadas cualidades, su carácter dialogante.