Isla de Camarón, pulpo de A Estrada

Mariluz Ferreiro SAN FERNANDO / ENVIADA ESPECIAL

ESPAÑA

Mariluz Ferreiro

La Gallega y Los Gallegos son dos referencias gastronómicas en San Fernando; están separados por 500 metros y a un paso de la Venta de Vargas, donde empezó el cantaor

22 mar 2015 . Actualizado a las 18:55 h.

En el mapa del corazón de San Fernando, Cádiz, está marcada la Venta de Vargas, donde comenzó a cantar un tal Camarón. Allí manda el flamenco. Pero muy cerca reina Galicia. La Gallega y Los Gallegos. Separados solo por quinientos metros. Los nombres no son casuales. La gallega es Elvira Loureiro Vieites. Los gallegos son Manuel y José Sixto Taboada. Todos de A Estrada, de donde hace años goteaban vecinos siguiendo la misma senda para acabar en la hostelería gaditana. Como si la Isla tuviera un puente a Cádiz y otro, invisible, a Galicia.

Es tarde y en Los Gallegos preguntan dos grupos diferentes si está abierta la cocina. Lo está. En La Gallega se ha acabado el pulpo. Elvira informa a un cliente y vuelve a la cocina. «Me vine con 19 años hace cuarenta, en 1975. Mis suegros ya estaban aquí», explica. A ella la trajo a San Fernando su marido. El bar de la familia, «chiquitillo», fue creciendo en fama.

En las paredes de Los Gallegos comparten espacio el Celta, el Real Madrid y el Estradense. Un recorte de La Voz de Galicia. En una foto en blanco y negro, un hombre sujeta un pulpo enorme por dos de sus tentáculos. Es Cesáreo Sixto Calveiro. «Era un hombre grande», cuentan con ojos de nostalgia. Cesáreo fundó el local que ahora atienden sus hijos. Murió hace tres años en A Estrada. Porque al final volvió a Galicia. La madre de Manuel y José está allí. ¿Regresarán también los dos hermanos? Uno está casado con una gallega. El otro, con una gaditana. Esa puede ser la diferencia.

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Ninguno de los tres puede disimular el acento gaditano cuando hablan en español. Pero cuando cambian al gallego, es como si se hubieran marchado de A Estrada esa misma mañana. Le sucede a Elvira cuando revela, como si fuera un pecado de confesión, que echa de menos «as filloas do entroido». «Pero mis hermanas me las mandan por servicio de mensajería. As da pedra son as mellores», cuenta.

Cartas que no dejan duda

Las cartas de los dos locales no dejan lugar a una mayor morriña gastronómica. El ferrolano Pedro García, cliente de los dos, lo corrobora. Triunfa el pulpo. Elvira le pone a casi todo el apellido «a la gallega». Lo son las patatas, la merluza, el arroz... Encarga también delicias puntuales, como almejas de Carril. Manuel y José anuncian su caldo en un cartel, «buenísimo», según Pedro, y triunfan también con la empanada.

La crisis que sufre la bahía se apoya en sus barras. «No es como antes, cuando había muchos militares y trabajadores de astilleros. Muchos de ellos eran gallegos. Pero aquí estamos. Aguantando la vela», dice José. «El volumen de ventas ha bajado. Menos clientes. Y hay muchos que piden menos», reconoce Elvira. Aunque admiten que ellos no pueden quejarse mucho.

De una forma u otra, la Isla mira al norte. Este municipio, que roza los cien mil habitantes, tuvo un alcalde gallego durante diez años. Avelino Arias Soto. Fue miembro del Partido Socialista de Andalucía y después se integró en el PSOE. Murió en el 2007. Pero en San Fernando todavía se recuerdan las laconadas que organizaba.