El último debate del bipartidismo abre el decisivo año electoral

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Andrés Ballesteros | EFE

Rajoy anunciará medidas sociales frente a un Pedro Sánchez que se la juega y que incidirá en el aumento de la desigualdad

24 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El debate sobre el estado de la nación que se abre hoy será el último del modelo bipartidista vigente desde la transición, si se cumplen los pronósticos de todas las encuestas, que prevén un espectacular cambio del tablero político, con el desplome del PP y el PSOE y la irrupción de Podemos y Ciudadanos. Pero para Mariano Rajoy y Pedro Sánchez supone una gran oportunidad de recuperar posiciones de cara a las decisivas citas con las urnas de este año, dado que no estarán presentes ni Pablo Iglesias ni Albert Rivera, los líderes de los dos partidos en alza que les disputan sus tradicionales electorados. El Congreso se convertirá así en distinguido escenario del primer gran mitin que dé arranque a las sucesivas consultas electorales.

El presidente del Gobierno parte con clara ventaja. En primer lugar le favorece el formato, ya que no tiene límite de tiempo y siempre dice la última palabra. Además, llega a la cita con las mejores cifras y perspectivas macroeconómicas de su mandato, que le permitirán hacer un discurso muy optimista sobre la recuperación, aunque añadirá que aún queda mucho por hacer para no ser tachado de triunfalista. Volverá a aludir a la herencia recibida de los Gobiernos socialistas para señalar que evitó el rescate de España y colocó al país en la senda del crecimiento y de la creación de empleo.

Pero su asignatura pendiente sigue siendo que los ciudadanos noten la recuperación, convencerlos de que sus sacrificios han valido la pena. Como dijo ayer la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, «ahora toca» devolver a los españoles el esfuerzo que han realizado en estos tres años de legislatura. Eso es lo que Rajoy tratará de que se visualice. Aprovechará el debate para anunciar medidas de contenido social y fiscal, sobre todo dirigidas a las familias, y se da por segura la bajada de las tasas judiciales.

En mejores condiciones

Con estos anuncios marcará el debate, como han hecho siempre los presidentes del Gobierno en sus primeras intervenciones. En el PP están convencidos de que Rajoy encara el último debate de la nación de la legislatura en mucho mejores condiciones que los anteriores.

Otra baza con la que cuenta es la debilidad de la oposición parlamentaria. Por primera vez el líder de la oposición según las encuestas, Pablo Iglesias, no estará presente, sino que dará su réplica mañana fuera del hemiciclo. Esto resta fuerza a Pedro Sánchez, que se juega mucho en el debate tras haber logrado cerrar con éxito la crisis abierta tras la destitución de Tomás Gómez, pero con su liderazgo cuestionado dentro de su partido.

Su reto será centrar el debate en las grietas de la recuperación de la que presume Rajoy, como son el aumento de la desigualdad, la pobreza y la precariedad laboral, pero también exponer un proyecto económico alternativo una vez que las grandes cifras de la economía mejoran. En esa línea, se espera que realice algunas propuestas.

Sin duda golpeará al presidente con la corrupción, con Bárcenas y la caja del B en primera línea, pero el caso de los ERE, sobre todo después de la imputación de Manuel Chaves y José Antonio Griñán, a los que no ha exigido sus actas parlamentarias, le deja un flanco abierto. Además, es su primer debate de la nación frente a un avezado Rajoy, para el que es el noveno. Pero si algo le falta a Sánchez es el tiempo para aprender las argucias parlamentarias. Si no mantiene el tipo frente a su adversario volverá otra vez el runrún dentro del PSOE. El portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, trató ayer de neutralizar de forma preventiva los anuncios del presidente, señalando que «después de tantas mentiras y tantos incumplimientos, no nos podemos creer las nuevas promesas de Rajoy».

El debut de Alberto Garzón (IU) y las intervenciones de Josep Antoni Duran i Lleida son los otros puntos fuertes de la primera jornada del debate.

El presidente abre tres días de trabajo

El vigésimo quinto debate sobre el estado de la nación se celebra hoy conjuntamente con el habitual sobre el último Consejo Europeo y lo abrirá Rajoy con su discurso inicial (12.00). Por la tarde le tocará el turno a la intervención Pedro Sánchez (16.00), con un tiempo de 35 minutos, a la que seguirá el cara a cara entre ambos. El socialista dispondrá de diez minutos para su réplica y el presidente no tiene límite de tiempo. Después hablarán los demás portavoces de los grupos. La sesión se reanudará mañana a las 9.00 con las intervenciones de los grupos que no lo hayan hecho hoy. El jueves se debatirán y votarán las propuestas.