El juez Castro ve indicios de la existencia de una caja B del Partido Popular en las islas Baleares

A. A. madrid / colpisa

ESPAÑA

El Supremo ratificó que el expresidente Matas y su mujer son culpables de haber simulado un contrato en un hotel por el que ella cobró a lo largo del 2007 un sueldo de 3.000 euros mensuales

14 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La lista de causas contra el PP por la supuesta financiación irregular de sus sedes suma y sigue. A instancias del fiscal Anticorrupción Pedro Horrach, el juez José Castro abrió ayer una nueva pieza en el sumario del caso Palma Arena para aclarar si empresarios financiaron el edificio central del PP en Baleares a cambio de posteriores contratos de obra pública adjudicados durante el último Gobierno de Jaume Matas, entre 2003 y 2007.

Esta sospecha no es nueva para el PP, que ya tiene bajo la lupa judicial sus sedes en Madrid, Bilbao y Logroño. En el caso balear, la Fiscalía remitió el jueves al juez Castro las diligencias practicadas en torno a la posible existencia de una contabilidad paralela en el PP de esta comunidad autónoma.

Esta caja B habría sido utilizada para financiar de forma opaca la sede regional o la campaña de las elecciones municipales y autonómicas del 2007. Un día después de recibir la documentación de la Fiscalía, el instructor dictó un auto en el que afirma que «examinados los testimonios recibidos de la Fiscalía», se aprecia que puede haber existido una posible financiación ilegal de la sede del PP en Baleares y que esta podría a su vez relacionarse con «contrataciones públicas de las que pudieran haber sido destinatarios sus benefactores».

Nueva condena a Matas

El Tribunal Supremo confirmó la pena al expresidente balear Jaume Matas y su esposa por un delito de cohecho pasivo impropio. El alto tribunal avaló las sentencias dictadas primero por un jurado y después por el Tribunal Superior de Justicia de Baleares, que condenaron al matrimonio a abonar 42.111 euros a Hacienda a los que se suman otros 9.000 en concepto de multa. El Supremo ratificó que el expresidente y su mujer son culpables de haber simulado un contrato en un hotel balear por el que ella cobró a lo largo del 2007 un sueldo de 3.000 euros mensuales sin realizar tarea alguna. Ese trabajo lo obtuvo la esposa de Matas, sostiene la sentencia, en razón del cargo político de su marido.