Comienza la feria... o el juego de las apariencias

Tino Novoa EN LA FRONTERA

ESPAÑA

27 ene 2015 . Actualizado a las 10:26 h.

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En la frontera

 

usana Díaz ha convocado elecciones cuando le ha convenido exclusivamente a ella. Está en su derecho, porque forma parte de sus prerrogativas como presidenta. Lo que no es de recibo es el abuso de argumentos falsos para intentar engañar. Porque ni el supuesto giro radical de IU es mayor que el dado en los últimos tiempos por el PSOE ante la amenaza común de Podemos ni el Gobierno andaluz ganará en estabilidad, ya que las elecciones dejarán, con toda seguridad, un parlamento más fragmentado. Antes incluso de saber lo que dictaminen las urnas, el espectro de Pablo Iglesias condiciona ya todas las decisiones políticas. Con el adelanto de los comicios en un año, Susana Díaz trata de salvar los muebles ante el previsible hundimiento socialista.

En Andalucía, el PSOE aspira a mantenerse como primera fuerza política con la menor pérdida de escaños, que es la única forma de garantizarse el liderazgo en la formación del próximo gobierno, que probablemente será más complejo e inestable que el actual. Pero si hubiera esperado, el coste aún sería mayor, por la deriva política de un año que se sabe como comienza pero no cómo acabará. Y, de paso, Susana Díaz refuerza su posición personal en su cainita y soterrada pugna con Pedro Sánchez. Una lucha que puede acabar hundiendo aún más al partido.

Sea como sea, el movimiento muestra mucho de lo peor de la práctica política, como la supeditación de los intereses generales a los personales o de partido. La política se convierte así en un juego de sombras, en el que nada es lo que aparenta, y en el que los ciudadanos acaban de figurantes en esas ferias de la democracia a las que cada vez se parecen más las elecciones. Dignificar la política tiene mucho que ver con respetar los plazos y decir la verdad. O al menos no mistificarla.