«Goyo hacía política desde la razón y desde el corazón»

a. G. Egaña BILBAO / COLPISA

ESPAÑA

Iribar, viuda de Ordóñez.
Iribar, viuda de Ordóñez.

18 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El próximo viernes se cumplen 20 años del asesinato, a manos de ETA, del concejal del PP de San Sebastián Gregorio Ordóñez, el 23 de enero de 1995. Su viuda, Ana Iribar, rememora los últimos días junto a Goyo y repasa dos décadas de ausencias. Su hijo Javier tenía tan solo 14 meses cuando ocurrió el atentado, pero su madre reconoce que ha sido su «bastón diario» para salir adelante. La viuda de Ordóñez rememora el momento en que Javier, con apenas cinco años, le hizo una de las preguntas más comprometidas de su vida: «¿Quién es el asesino de mi padre?».

-¿Cómo afronta un año más un aniversario tan doloroso?

-Sigue siendo muy duro recordar la fecha que es, lo que significó en mi vida y sobre todo lo que significó para él. Sigue doliendo mucho.

-¿Qué recuerdo le queda de aquel día?

-Lo primero que me viene a la cabeza es cuando llaman a la puerta de mi casa Eugenio (Damboriena) y María San Gil. Nos miramos. Solo recuerdo que no me lo podía creer. Yo me negaba continuamente lo que venían a decirme, no quería escucharles. No quería saberlo. Era la negación de la tragedia que acababa de suceder. Recuerdo que escuché en la radio el titular: «Ha habido un atentado en San Sebastián en el bar La Cepa». Yo tenía a mi hijo en brazos y sin saber, sin pronunciar el nombre de Goyo, antes de que llegara Eugenio, sé que tuve que pasarle mi hijo a mi madre porque me quedé de piedra, literalmente. Tuve la terrible intuición de pensar: «Ha sido Goyo».

-¿Tuvo valor para seguir escuchando?

-En ese momento apagué la radio. Me llamó Eugenio. Me dijo: No escuches la radio, no pongas la tele, no escuches nada que voy para allá.

-¿Se sintió arropada en aquellos días? ¿El PP se volcó con usted?

-Además del apoyo permanente de mi familia y de mis amigos más cercanos, hubo una parte importante de San Sebastián, no toda, que salió a la calle. Una parte importante de los partidos también me respaldó a nivel personal. En el PP, en particular, hubo determinadas personas que me dieron su apoyo y me los siguen dando, como es Jaime Mayor, como fue José María Aznar, y como fue María San Gil cuando entra en política.

-Aquel atentado simbolizó en cierto modo el despertar de la sociedad frente al fantasma del miedo. ¿Por qué cree que se da ese punto de inflexión en la reacción ciudadana?

-Si hay algo que destacaría de Gregorio Ordóñez, por encima de muchas otras cosas, no es solamente las cosas que decía o pensaba, sino cómo y desde dónde lo hacía. Goyo hacía política desde la razón y desde el corazón porque adoraba su profesión, se emocionaba haciendo política. Para él, ayudar, colaborar y hacer cosas por sus conciudadanos formaba parte de su esencia misma como persona. Defendía ideas y valores sin complejos, siempre de frente, desde la honradez y la lealtad hacia sí mismo. Por eso era tan grande y tan respetado, incluso por sus adversarios políticos.