El líder socialista, que acudió al plató de «Vía V», apunta que «Galicia huele a cambio» y se mostró dispuesto a llegar a «acuerdos puntuales» para «garantizar el estado de Bienestar»
16 dic 2014 . Actualizado a las 10:33 h.Si Pedro Sánchez tuviese que definirse en una sola palabra esa sería «humildad». El líder del PSOE visitó ayer por primera vez Vía V, el programa de debate y análisis que dirige y presenta Fernanda Tabarés, donde desgranó su oferta programática, habló sobre Rajoy, Podemos, su relación con la presidenta andaluza, Susana Díaz, y mostró su lado más humano.
Sánchez no tiene dudas. España es un país de «oportunidades» en donde Mariano Rajoy es «historia» en un tiempo convulso en que el líder de la oposición espera convertirse «en breve» en el nuevo presidente del Gobierno. Todo ello a pesar de la irrupción de Podemos y las críticas internas en su partido, donde se cuestiona que el actual secretario general del PSOE sea el candidato idóneo para llegar a la Moncloa, un movimiento encabezado por Susana Díaz, líder de los socialistas andaluces, la federación con más peso en el partido y que fue esencial para que Sánchez pudiese ser elegido. En la entrevista hubo preguntas y repreguntas sobre su relación con presidenta de la Junta. La respuesta fue siempre la misma, de manual. «Susana Díaz está realizando una excelente labor, actuando con contundencia contra la corrupción. Así lo perciben los ciudadanos y se refleja en las encuestas», respondió Sánchez cuando se puso sobre la mesa que Andalucía, donde siempre ha gobernado el PSOE, es unas de las comunidades con mayor tasa de paro de España y está envuelta en el caso de los ERE fraudulentos. «No veo a nadie jugando con fuego en el PSOE», matizó cuando se le interpeló sobre las declaraciones del expresidente andaluz Manuel Chaves, que rompió su habitual silencio para pedir unidad y evitar luchas fratricidas en las filas socialistas.
Acuerdos puntuales
Sánchez hizo varias referencias demoscópicas para sostener que ve con optimismo el futuro político del PSOE. «El PP está en caída libre y a nosotros algunas encuestas nos sitúan ya como primera fuerza política. Estamos recuperando la confianza de la gente», defendió el líder socialista, convencido de que él será el próximo presidente del Gobierno y Besteiro, el de la Xunta. «Galicia huele a cambio», dijo Sánchez, dispuesto a llegar a «acuerdo puntuales» con otras fuerzas políticas para «garantizar el Estado de bienestar».
Una de las tareas que se ha marcado el secretario general de los socialistas es que el PSOE recupere su peso específico como referente de la izquierda, donde ha irrumpido con fuerza Podemos. «Hemos fallado en articular una propuesta económica creíble desde la socialdemocracia», reconoció cuando se le pidió que realizase un ejercicio crítico sobre la progresiva pérdida de votos de los socialistas desde que tocaron por última vez poder, en la época de Zapatero. También reiteró su propuesta de reformar «en profundidad», la Constitución para superar los desafíos territoriales «blindando derechos como la sanidad y la educación» y reordenando el Estado autonómico desde una perspectiva federal.
En Vía V también se habló sobre la imagen de Sánchez, uno de los pocos líderes políticos piropeados incluso por la oposición. «Es algo que no me molesta, siempre que sean comentarios bienintencionados», sentenció.