Castro versus infanta, el asalto final

Melchor Saiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El juez comunicará antes del mensaje navideño del rey si la procesa o no

14 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El último asalto, el definitivo, ya ha comenzado. Después de 21 meses de pugilato judicial entre la infanta Cristina y el juez José Castro ha llegado el momento de la verdad, ya no habrá más prórrogas. Y tampoco cabe el empate. Desde que en abril del 2013 decidiera imputarla por primera vez, el magistrado ha ido ganando casi todos los asaltos, pero aún queda por conocer cuál es el desenlace. José Castro ultima ya su escrito de apertura de juicio oral del caso Nóos. Ese papel hará sonar la campana que marcará el fin del combate

Ese auto no es recurrible ante ninguna instancia por las personas que el instructor decida sentar en el banquillo. Ni por Cristina de Borbón ni por el resto de imputados. Solo las acusaciones pueden apelar si el magistrado sobresee las actuaciones total o parcialmente contra alguno de los procesados. Castro no quiere dar pistas de su estrategia. Ni siquiera va a contestar el escrito que los abogados de la infanta presentaron esta semana pidiendo ya el inmediatamente archivo de las actuaciones contra ella porque no acusan ni la Fiscalía ni Hacienda. El juez prepara en secreto el remate de su obra, y, según las fuentes consultadas, tiene prisa por salir ya al cuadrilátero que comenzó a construir cuando abrió la investigación del caso en julio del 2010. No quiere que su último gancho se demore más allá de Nochebuena.

Este calendario, en la práctica, supondrá que el combate final en los juzgados de Palma entre la infanta y el juez casi se solapará con el primer discurso de Navidad como jefe del Estado de Felipe VI. El nuevo monarca podría ponerse ante las cámaras para grabar su mensaje poco después de que se sepa si su hermana se sentará en el banquillo acusada de ser cooperadora necesaria en los dos delitos fiscales de su marido en el 2007 y el 2008. De hecho, es el escenario más posible. Si hubiera casas de apuestas en los juzgados palmesanos de Vía Alemanya, habida cuenta de los antecedentes, la victoria de la hermana del rey frente al juez se pagaría diez a uno. Pese a ello, nadie descarta una derrota de Castro. Sería una sorpresa, pero no imposible.

La sartén por el mango

Pocos, muy pocos en este caso, se la juegan por Cristina de Borbón. Ni siquiera los letrados más cercanos a las tesis exculpatorias de sus abogados o de la Fiscalía. Sobre todo, porque el juez tiene la sartén por el mango y juega con su contrincante. Es él y, solo él, el que decide si da el golpe del k. o. a su rival, sentándola en el banquillo con la acusación de Manos Limpias, que pide ocho años de cárcel.

El sindicato pide sangre y se apresta a celebrar la previsible victoria de Castro como si fuera la suya propia. El juez cordobés, además, es muy consciente de que los árbitros de este campeonato han validado sus golpes más polémicos. Los magistrados de la Audiencia Provincial de Palma ya le dieron la razón, al menos parcialmente, el 7 de mayo del 2013 y el 7 de noviembre del 2014. En la primera de las ocasiones, hace un año y medio, la audiencia provincial suspendió la citación como imputada de Cristina de Borbón por los supuestos delitos que pudiera haber cometido como vocal en el Instituto Nóos. Por un momento, pareció que la infanta iba a ganar el combate, pero los árbitros señalaron a Castro el camino a la victoria, el de acuciarla con los fraudes fiscales que su marido cometió a través de Aizoon, la empresa que compartían. Castro siguió las indicaciones de la audiencia y volvió a ganar hace un mes, cuando los árbitros le dieron la razón al considerar a la infanta «cooperadora necesaria» del delito fiscal.

Los abogados de la hija de don Juan Carlos buscan la remontada. Su única opción se llama doctrina Botín. Esa convención jurídica según la cual una acusación popular no puede acusar de un fraude fiscal si las supuestas víctimas de ese delito, en este caso la Abogacía del Estado como defensora de Hacienda, y la Fiscalía, defensora del interés general, no se sienten damnificadas.

El juez, no obstante, tiene en sus manos la posibilidad de esquivar ese movimiento de los abogados que don Juan Carlos buscó a su hija, el padre de la Constitución y fundador de Convergència Miquel Roca, y su socio Jesús María Silva. De nuevo, los árbitros le señalaron la senda a Castro. Los magistrados Mónica de la Serna, Juan Jiménez y Diego Gómez apuntaron en su auto de noviembre que existe un «matiz» que «diferencia» el caso Nóos del caso Botín. Y es que la Fiscalía y Hacienda sí que van a acusar a otros imputados por delitos fiscales, por lo que sería viable que la infanta se sentara también para responder sobre esos ilícitos, aunque la única acusación en su caso fuera la de Manos Limpias. Con la Audiencia de Palma apuntándole el golpe ganador, pocos creen que el juez de instrucción 3 de Palma, beligerante como se ha mostrado con la duquesa, y con el apoyo de sus superiores y de buena parte de la opinión pública, le evite el banquillo.