Pablo Iglesias presume de que el «Pásalo» tras el 11- M se gestó en su facultad

La Voz EUROPA PRESS | EFE

ESPAÑA

Marina Valero | Efe

Los grupos parlamentarios acusan al líder de Podemos de «no tener abuela»

11 dic 2014 . Actualizado a las 11:00 h.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha asegurado que el mensaje de móvil que sirvió para convocar la concentración de protesta frente a la sede del PP el 13 de marzo del 2004, en plena jornada de reflexión, se «gestó» en su facultad, por parte de un «grupo de gente» que estuvo pensando cómo generar esa movilización.

Iglesias desvela ese «secreto» en su entrevista, difundida este fin de semana, al periodista Iñaki Gabilondo en su programa Otra vuelta de Tuerka. «El famoso SMS se gestó en mi facultad con un grupo de gente pensando la manera en la que había que ponerlo para que cupiera en los caracteres -el máximo previsto en un SMS- y generara ese efecto de flashmob», afirma en el vídeo. El SMS al que se refiere Iglesias decía: «¿Aznar de rositas? ¿Lo llaman jornada de reflexión y Urdaci trabajando? Hoy 13-M, a las 18h. Sede PP, c/Génova 13. Sin partidos. Silencio por la verdad. ¡Pásalo!».

La convocatoria, en plena jornada de reflexión, derivó en una concentración de una multitud que acusaba al Gobierno de no decir la verdad sobre los atentados del 11 de marzo, que habían tenido lugar sólo dos días antes causando la muerte a 191 personas. En los días posteriores, la emisora por Internet Radiocable difundió una entrevista con quien dijo ser el autor de SMS en la que éste aseguraba que no previó el alcance de la convocatoria y que lo que hizo fue «un acto de protesta muy primario», «un gesto casi a la desesperada», para reclamar «el derecho a la verdad» y «sin pensar que produciría la movilización que produjo». Incluso bromeó con que pensaba que sólo irían un grupo de amigos y que entonces se irían «al cine». Eso sí, una vez comprobada la movilización, el autor del mensaje opinaba ya en el 2004 que esa reacción en cadena a una convocatoria por SMS era un fenómeno a estudiar. Además, en el libro 13-M, Multitudes online se relata cómo el autor envió el mensaje el día 13 por la mañana y sólo a 10 direcciones, entre ellos medios extranjeros, para asegurarse visibilidad internacional, personas bien relacionadas y con credibilidad para promover convocatorias.

No tiene abuela

«No necesita abuela», ha dicho la socialista Isabel Rodríguez. De esta forma ha ironizado esta diputada del PSOE en el Congreso al ser preguntada sobre esa confesión de Pablo Iglesias. Según la diputada socialista, el PSOE siempre mantuvo que aquellas movilizaciones «hay que atribuírselas a la sociedad, que se rebeló y quiso salir a la calle ante la manipulación del Gobierno». «No creo que nadie deba atribuirse lo que fue una acción social, ha añadido.

Por su parte, Ricardo Sixto, de IU, ha subrayado que «hubo mucha gente organizando movilizaciones» aquel día, «no sólo fue Pablo Iglesias». Fue, ha añadido, una jornada «terrible» en la que se «mezcló el dolor con un Gobierno de España que mentía directamente a la ciudadanía y que estaba dando un golpe de Estado mediático para influir en las elecciones». «Y fuimos muchas las personas que tuvimos que reaccionar ese día frente al golpe de Estado mediático del Gobierno de España», ha añadido.

El portavoz adjunto de UPyD, Carlos Martínez Gorriarán, no se mete en el hecho de los mensajes que provocaron la masiva concentración ante la sede del PP, algo que -ha dicho- «es cosa suya», pero sí ve «preocupante» que Iglesias haya creado una «minidictadura» a su medida en el departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense. Una «minidictadura», ha señalado, que le ha llevado a «reventar» actos de otros partidos y a boicotear a otras formaciones, como ocurrió con un acto de la líder de UPyD, Rosa Díez, ha recordado Gorriarán. «No entiendo cómo alguien que excluye la libertad de expresión para los demás se erige en abanderado de la democracia de calidad. Creo que es incompatible».

Por último, desde el PP, la diputada Arenales Serrano se ha mostrado preocupada por que esos comportamientos se fomenten en la universidad: «Lo que más me preocupa, lo que me da mucha pena es que esta gente esté en la universidad enseñando, con esos comportamientos y ese programa electoral», ha dicho.