Urdangarin y Torres crearon un estructura artificial en la que el duque era «el gancho ideal»

Europa Press

ESPAÑA

La presencia del marido de la infanta facilitaba la obtención de clientes y los elevados honorarios mientras que su socio ejercía «un control absoluto» del entramado Noos. Pese a tratarse de fundaciones, «el interés general brilla por su ausencia»

09 dic 2014 . Actualizado a las 23:34 h.

El fiscal anticorrupción Pedro Horrach, en el escrito de acusación que este martes ha presentado para solicitar hasta 103 años de cárcel a 14 acusados del caso Nóos, relata de forma pormenorizada cómo Iñaki Urdangarin y su exsocio Diego Torres fueron «ideadores, ejecutores y beneficiarios de una estructura artificial» de desvío de fondos públicos, en la que el Duque de Palma era «el gancho ideal para obtener clientes y aumentar notoriamente los honorarios». «La presencia de Urdangarin era, pues, decisiva», mientras que Torres era quien ejercía «un absoluto control sobre todos los ámbitos de la actividad» del entramado urdido en torno al Instituto Nóos, a través del cual lograron apoderarse de hasta 6,2 millones de euros. Unos hechos por los que el Ministerio Público reclama 19 años y medio de prisión para el marido de la Infanta Cristina, y tres años menos para su exsocio, tal y como consta en su escrito.

Para desplegar su actividad, el fiscal detalla que ambos impulsaron una red de empresas que, «de un modo u otro pero sin excepción, se hallaban bajo el dominio efectivo y absoluto» de Torres y Urdangarin. Se trata de Nóos Consultoría Estratégica, Aizoon -de la que el Duque es copropietario junto a su esposa-, Virtual Strategies S.L., Shiriaimasu, Intuit Strategy Innovat y De Goes Center For Stakeholder Management.

«Más allá de lo que se revela pura retórica, hueca de contenido real, los fines de interés general brillan por su ausencia», incide Horrach, quien asevera que, «antes bien, el Instituto Nóos ha sido utilizado abiertamente para la elusión de los requisitos exigidos por la normativa administrativa para contratar con las Administraciones Públicas».

De hecho, por tratarse de una asociación, pudieron acceder «de forma directa e inmediata a fondos públicos, sin someterse a procesos de licitación en concurso con otros posibles ofertantes», añade. Mediante este mecanismo, los fondos obtenidos «no sólo no se reinvirtieron ni destinaron al cumplimiento de los teóricos fines de la asociación, sino que se repartieron entre Torres y Urdangarin».

El fiscal Horrach detalla de forma pormenorizada cómo sus entidades se hicieron con los 1,2 millones de euros que costó el convenio para la celebración del primer Illes Balears Forum (2005); los 1,085 millones del segundo (2006); los 54.520 euros pagados a Nóos por el Govern balear para el seguimiento de la repercusión del equipo ciclista Illes Balears - Banesto; los 174.000 que pagó la fundación pública Illesport por la creación de la oficina del proyecto de este equipo deportivo; y los 116.566 del Ibatur por la elaboración de material promocional del Illes Balears.

Asimismo, despliega las supuestas irregularidades que rodearon al pago de 1.044.000 millones de euros públicos por cada una de las tres ediciones llevadas a cabo del evento Valencia Summit, y al de 382.000 euros que percibió Nóos por la celebración de unos Juegos Europeos que nunca tuvieron lugar. Finalmente, detalla en su escrito cómo el Instituto presidido por Urdangarin cobró 114.000 euros de la Fundación Madrid 16 para preparar la candidatura olímpica de la capital en 2016, trabajos que finalmente no se llevaron a cabo.

«Las instituciones públicas contrataban, convenían o patrocinaban en atención a la garantía y confianza derivadas de la presencia de Urdangarin y, en menor medida por razones obvias, de Torres», prosigue Horrach, quien incide en que «estamos ante una persona jurídica utilizada en beneficio privativo de dos personas. Nóos operó como un instrumento jurídico al servicio de los intereses comerciales de Torres y Urdangarin».

El representante del Ministerio Público se muestra tajante afirmar que para los responsables del Instituto, el ejercicio de actividades económicas y la obtención de un beneficio «no han sido nunca un medio para alcanzar otros objetivos, sino el objetivo en sí mismo».

«Las entidades Nóos han transferido sus beneficios a las personas que las manejan, que son quienes las han dirigido de forma personal y exclusiva, es decir a los únicos responsables generadores del beneficio económico merced a su capacidad de relación al más alto nivel», abunda Horrach, recalcando así que son estas dos personas, Urdangarin y Torres, quienes «han dirigido personalísimamente las entidades utilizadas».