¿Cómo regulan otros países los viajes privados de sus diputados y senadores?

Efe

ESPAÑA

En casi todas las cámaras europeas y en EE.UU. existen partidas específicas para los gastos en viajes, aunque su control varía de unos países a otro

14 nov 2014 . Actualizado a las 11:16 h.

En la mayor parte de los parlamentos europeos y de Estados Unidos existen partidas específicas para los gastos de los diputados y senadores en viajes, aunque su control varía notablemente de unos países a otros.

Los miembros del Parlamento Europeo pueden percibir un máximo de 4.243 euros anuales por los gastos ocasionados por viajes realizados fuera de su propio Estado miembro como parte de su trabajo y tienen derecho al reintegro de los ocasionados por un máximo de 24 viajes de ida y vuelta en su propio Estado miembro. En sus viajes desde sus circunscripciones nacionales a Bruselas, Estrasburgo u otra misión, por ejemplo, para observación electoral, los eurodiputados reciben el reintegro efectivo de los billetes adquiridos previa presentación de los correspondientes recibos. El reintegro permitido es con una tarifa máxima equivalente a un billete de avión en clase de negocios, un billete de tren en primera clase ó 0,50 euros por kilómetros para los desplazamientos en automóvil.

Los eurodiputados también perciben unas indemnizaciones fijas según la distancia y la duración del desplazamiento para cubrir otros gastos de viaje, como peajes de autopistas, exceso de equipaje o de reserva de billetes, entre otros. Con anterioridad a 2009, los eurodiputados no recibían el reintegro de la factura exacta, sino una dieta fija en concepto de gastos de viaje a Bruselas y Estrasburgo, y otros destinos en la Unión Europea (UE). En abril de 2011, surgió la polémica sobre los viajes de los eurodiputados cuando la mayoría de los miembros del PE votaron en contra de una resolución sin valor jurídico que proponía recortar presupuesto comunitario prohibiendo los vuelos en primera clase de los europarlamentarios.

En Italia, desde enero del 2011, los parlamentarios reciben, incluido en su sueldo, un importe fijo mensual de 1.650 euros que pueden dedicar a los viajes, sin tener que presentar justificantes de los gastos como antes de este cambio. Asimismo, cuentan con importantes descuentos con compañías aéreas o para viajar con Trenitalia, los ferrocarriles del Estado. Además, se destinan 900.000 euros cada año para los viajes justificados de exparlamentarios.

Los diputados de Alemania disponen de un abono anual que les permite viajar gratis en tren. Los viajes que realizan entre su circunscripción y Berlín los tienen que sufragar de una partida especial que perciben, 4.204 euros netos al mes destinados también a pagar una vivienda en la capital y los costes de una oficina en su circunscripción. Si en el ejercicio de su mandato los diputados deben tomar un avión o un medio de transporte especial, como un coche-cama, el Parlamento se hace cargo del coste siempre que esté debidamente justificado.

Desde 1990, además, el Bundestag publica al final de cada periodo legislativo un informe sobre los viajes al extranjero de los diputados, habitualmente como parte de una delegación parlamentaria. La Cámara se hace cargo del coste de estos viajes y quienes participan en ellos están obligados al final a presentar un informe.

En el Reino Unido, los diputados tienen una tarjeta de crédito especial de la Cámara de los Comunes para pagar sus gastos de transporte relacionados con sus actividades como parlamentarios. Esta tarjeta, que no puede ser utilizada para algo que no esté vinculado al trabajo, cubre los gastos de tren, avión, transbordador o estacionamiento del automóvil. Los viajes que se realizan en el vehículo personal son reembolsados calculando los kilómetros realizados. En caso de que no utilice la tarjeta debidamente, el diputado se arriesga a perderla o se le descontará el gasto del sueldo. El salario de los diputados británicos quedó fijado el pasado 1 de abril en 67.060 libras (85.166 euros) brutas anuales.

En Irlanda, el Gobierno introdujo el llamado sistema de Compensación por Viajes y Alojamiento (TAA, sus siglas en inglés) para diputados y senadores en el 2011, un año después de que pidiera la UE y el FMI un rescate por 85.000 millones de euros. Siempre y cuando asistan un mínimo de 120 días al Parlamento de Dublín, cada diputado, cuyo salario ronda los 90.000 euros anuales, tiene una asignación anual para viajes y alojamiento que varía según la distancia existente entre su circunscripción y la capital. Aunque no están obligados a presentar recibos, sí deben dejar constancia a través de un sistema de fichaje electrónico de su asistencia al Parlamento y si ésta no supera el mínimo deben devolver el 1 % de su asignación anual por cada día que esté por debajo de la cifra de 120.

La Asamblea Nacional francesa, la cámara baja, paga 80 viajes aéreos al año a cada parlamentario entre París y su circunscripción electoral, además de 12 viajes anuales a otros destinos dentro de la Francia metropolitana. Los diputados de los territorios franceses de ultramar tienen derecho a 26 viajes al año en primera clase y a 16 viajes para los de las circunscripciones del Pacífico. La cámara paga, además, 8 viajes a destinos de la Francia metropolitana a estos parlamentarios. Los diputados disponen de una tarjeta que les permite viajar sin pagar en primera clase en toda la red ferroviaria de la empresa pública SNCF en territorio nacional.

El Senado, por su parte, también paga todos los desplazamientos en primera en la SNCF, además de 40 desplazamientos de ida y vuelta en avión a sus circunscripciones y, al igual que la Asamblea, pone a disposición viajes a los senadores de ultramar, aunque el reglamento no precisa su número.

Tanto diputados como senadores tienen derecho a todos los desplazamientos en la red de transportes metropolitana de París, además de una serie de coches oficiales para viajes cortos.

Según un parlamentario de uno de los principales partidos portugueses, los diputados de la Asamblea de Portugal que no residen en el distrito de Lisboa reciben una ayuda mensual fija para cuatro desplazamientos al mes (ida y vuelta) cuyo valor se calcula dependiendo de la distancia recorrida. No están obligados a presentar los billetes para justificar su viaje, pero en los periodos de cierre del Parlamento, como agosto o Navidades, estas ayudas no se reciben.

El Parlamento sueco paga el transporte de todos los diputados desde su residencia hasta la Cámara, pero son éstos los que eligen el medio que consideran más apropiado. Si tienen que hacer viajes de trabajo a más de 50 kilómetros de su casa, el Parlamento abona el hotel y una dieta de 370 coronas suecas (unos 40 euros) al día, una cantidad de la que casi el 60 % es libre de impuestos. Todos los diputados tienen derecho a un bono anual para viajar gratis en tren o una tarjeta similar para transporte aéreo dentro de Suecia, si el trayecto es largo, que sólo pueden usar para desplazamientos relacionados con su actividad parlamentaria. La mayoría de los viajes al extranjero se realizan formando parte de una comisión, aunque la presidencia del Parlamento puede autorizar viajes individuales de una partida limitada en cada legislatura. En cualquier caso están obligados a enviar un informe sobre los gastos cuando haya finalizado el viaje.

Los diputados en Dinamarca tienen derecho a transporte gratuito dentro del país, ya sea en tren, metro, transbordadores o avión, para desplazarse desde su residencia hasta la sede del Parlamento. La regla general es que el Parlamento no sufraga ningún viaje de trabajo individual, salvo en el caso de algún viaje de representación de la presidencia de la Cámara. Los diputados pueden hacer visitas de trabajo formando parte de una comisión, cada de una de las cuales posee una partida concreta para ese fin. El calendario de viajes, su presupuesto y la lista de los diputados que participan en cada uno pueden ser consultados en la página web del Parlamento danés por cualquier ciudadano. Los diputados están obligados a realizar un informe y justificar todos los gastos una vez finalizado el viaje.

Los congresistas y senadores del EEUU pueden permitir que se les paguen gastos como transporte, alojamiento, alimentación y refrigerios, pero no actividades recreativas o de entretenimiento. Las normas se aplican a partir de unas distancia de 56 kilómetros del Capitolio o de los distritos de los congresistas, aunque a veces se autorizan gastos cuando se dan discursos dentro de ese perímetro. Las normas del Congreso establecen diferentes tipos de viajes, cada uno de los cuales están sujetos a normas diferentes.