Es la política, no los números

Tino Novoa EN LA FRONTERA

ESPAÑA

11 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni dos millones de personas son un motivo para saltarse las leyes y desafiar a las instituciones ni una mayoría de cuatro millones es una justificación para despreciar a la minoría. Porque la democracia no es una cuestión de cifras, aunque a menudo se quiera reducir a eso. La democracia es una manera de tomar decisiones mediante la promoción de consensos sociales que finalmente son refrendados mediante votación. Restringirla al mecanismo del voto es un reduccionismo al que recurren quienes solo tratan de imponer sus posiciones. Porque no es cierto que cualquier votación convierta en democrático cualquier proceso ni impedir una votación es un acto necesariamente antidemocrático. Hay ejemplos tan palmarios y deplorables que mejor no mencionarlos. Las torticeras invocaciones de Artur Mas a la democracia son en realidad un chantaje al Estado. Ni dos millones, ni cuatro ni el censo al completo lo legitiman para pisotear las leyes. Si tuviera la mayoría, podría cambiarlas, pero no ignorarlas. ¿En qué regímenes el presidente manipula las normas y las instituciones a su antojo? Mas ha quedado deslegitimado como presidente al erigirse en representante solo de una parte de los catalanes.

La democracia es política, esto es ideas, razones, propuestas y soluciones, no números. Y este ha sido el error de Rajoy. Al apostar solo por la senda judicial ha renunciado a instrumentos necesarios para afrontar el problema. O agota la vía penal, a lo que no se atreve, o recupera la política, porque su inacción solo ha agravado la situación. No se trata de darle la razón a Mas, sino de ganársela. Porque detrás de su sinrazón hay un problema político real. Y en esa batalla sí nos va el futuro.