La agencia de calificación de riesgos Fitch advirtió ayer del riesgo de una fuga de capitales de Cataluña si no se avanza en una solución al desafío soberanista. En la primera reacción de una de las agencias de calificación a la consulta alternativa del domingo, Fitch prevé a corto plazo que se «exacerben las tensiones independentistas», ya que las exigencias de las fuerzas soberanistas se encontrarán con la «feroz oposición» del Gobierno, lo que hace que los resultados futuros de ese enfrentamiento sean «impredecibles».
Fitch fija tres escenarios posibles. En el primero, que considera el más probable, estima que tras unas fluctuaciones iniciales se establecerá un proceso negociador entre los Gobiernos central y catalán que acabará con algún tipo de acuerdo. Salvo que esas negociaciones pongan en riesgo el proceso de consolidación fiscal, el efecto sobre el riesgo de la deuda soberana será «ligeramente positivo», ya que en ese supuesto cabría esperar un aumento de los ingresos fiscales de Cataluña.
En el segundo escenario, que ve poco probable, pero no imposible, plantea la posibilidad de que Cataluña accediera a la independencia. En este caso, la calificación crediticia de España empeoraría, incluso aunque la secesión se produjera de manera ordenada.
La tercera opción es que la situación actual de estancamiento se prolongara en el tiempo, sin que evolucionara en ningún sentido, ni hacia el acuerdo ni hacia la ruptura. En este caso, Fitch advierte del riesgo de una salida de depósitos a corto plazo que afectaría especialmente a los bancos catalanes, aumentaría los costes de financiación y reduciría las inversiones de capital en Cataluña.